Opinión

El drama de los sistemas educativos

El dichoso igualitarismo es pernicioso por donde lo mires, más aún a los alumnos que se les ha detectado altas capacidades. Ello hace que haga más daño a quienes no tienen recursos económicos que a las clases adineradas, los cuales pueden sortear los obstáculos del sistema educativo por su cuenta. No sabemos los criterios de identificación que utilizan en las diversas comunidades autónomas, pero deberíamos poner más énfasis en los datos que nos llegan estos años atrás.

Sin entrar en guerras de cifras, hace pocos años se habían descubierto en nuestro país alrededor de unos 30.000 alumnos sobre el total de la población y ello nos daba un 0´35 aproximadamente de la misma. Los profesores especialistas de estos temas se cuestionaban ¿cuántos alumnos de AACC hay en España? ¿5%, 10%, 15%, 2´30%? Se sostiene que entre el 10 y el 15% de alumnos necesitan algún tipo de ayuda diferencial derivada de su capacidad de rendimiento o potencial. No existe una realidad física, o rasgo estable que determine -quien es y quien no es-, que todos estamos en proceso de ser, y que actualmente el paradigma más serio que existe en este campo es el que considera la capacidad en desarrollo como un proceso evolutivo.

Los profesores Treffinger y Feldhusen ya hablaron al respecto: "los talentos emergen y crecen evolutivamente, y para algunos no llegan a emerger porque no se produce una adecuada estimulación desde la escuela y familias. Es imperativo que todos los que trabajan con jóvenes vean los talentos y potencialidades como algo educable y emergente, y no como algo fijo e inmutable". Se suele "hablar" que en la mayor parte de los protocolos tales jóvenes deben poseer un CI de 130. ¿Sabemos que en una población normal un valor de 130 lo suelen tener alrededor del 3% de los sujetos? ¿Cuántos alumnos son el 3% de algo más de 8 millones de ellos en el sistema educativo español, si fuese una cifra segura? Si todo ello fuera de esta manera, que se hubiesen identificado unos 30.000 alumnos, ello representaría que solo un cercano 13% de los que teóricamente poseen un CI de 130 o superior. Así, no estarían identificados más del 80% de los que según el criterio más común, aceptado por la Administración, deberían estarlo. Ahí queda para su estudio.

Hemos de temer que el asunto es mucho peor cuando nos aproximamos a las cifras del 5, 10 o 15%, lo que supondría tener identificados y atendidos adecuadamente: la friolera de entre 400.000 y más de 1 millón de alumnos aproximadamente. Algo se nos ha perdido por el camino. Ante este cifrado es preciso que cualquier postura, análisis o actuación educativa, sobre la base de lo que demuestra la investigación más solvente en este campo y no sobre las ocurrencias felices de cada uno. Es crucial la importancia de la formación de profesores en las Escuelas de Magisterio y Facultades. Es preciso que los Centros Educativos evalúen el potencial de todos de manera periódica y que, a partir de los resultados, se estableciesen planes.

Hasta la fecha, podríamos decir que la mejor legislación es la que no existe, la que no se precisa. Entre otras razones porque muchas de las que existen son claramente limitantes y pone más trabas que ofrece ayudas. ¿Por qué tienen los alumnos más capaces que estar permanentemente demostrando que ahí están, mientras que los demás escolares no deben hacerlo? ¿Por qué los programas están sometidos a un escrutinio que no se exige a los demás? No se nos olvide aquello que decía Aristóteles: "es tan injusto tratar igualmente a los desiguales, como tratar desigualmente a los iguales".

Ante la pregunta si es posible que un Sistema Educativo debería estar orientado al desarrollo del talento la respuesta sería de inmediato. "Es urgente plantearnos que nuestras sociedades no puedan subsistir con sistemas educativos que no estén dispuestos a caminar por la senda de la excelencia y la optimización de los resultados del aprendizaje de cada escolar". Una enseñanza graduada que ignore sistemáticamente las diferencias individuales es, simplemente, una enseñanza inadecuada para promover el desarrollo óptimo de las personas, de todas ellas.

Un sistema educativo mejor es aquel que promueve la individualización educativa y la flexibilidad curricular permitiendo que cada alumno pueda llegar tan lejos como su capacidad y motivación permitan, a tanta velocidad como sus condiciones personales para aprender faciliten, con tanta amplitud como su curiosidad intelectual y creatividad favorezcan.

De los 48 millones de personas que vivimos aproximadamente en España son muchos aún los niños no identificados, más aún, los podremos encontrar donde menos imaginábamos y todo es cuestión de "complicarse la vida".

Normalmente, por primavera, los distintos Centros Educativos inician el período de hilvanar el curso próximo. Bien merecería la pena su estudio, reflexión y discusión si en algo estimamos alcanzar grandes metas.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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