Dentro de nuestro sector primario, la ganadería sigue sufriendo las presiones que la EU ejerce sobre el sector. Con el respaldo de la Agenda 2030, siguen estableciendo una serie de objetivos y metas para reducir la ganadería en toda Europa.
Bajo el lema de la sostenibilidad, eficiencia y reducción del impacto ambiental, se están cargando la ganadería que alimenta a más de 450 millones de europeos.
Las normativas y objetivos claves de la Agenda 2030 que afectan al sector ganadero, son las siguientes:
Objetivo 2: Hambre cero. La Agenda 2030 busca acabar con el hambre en el mundo a costa de cargarse la ganadería, simplemente con la excusa de hacerla más sostenible. ¿Y que vamos a comer los europeos?
Objetivo 12: Producción y consumo responsables. Quieren la reducción de los residuos y la gestión adecuada de los productos químicos y emisiones. Esto se traduce en la necesidad de adoptar practicas ganaderas más eficientes. Lo dicho no saben lo que es una ganadería. Si quieren bajar las emisiones que no viajen tanto en avión.
Objetivo 13: Acción por el clima. La agenda 2030 busca adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático. En el sector ganadero, esto implica reducir las emisiones de los gases invernadero. Los principales gases que actúan en la atmosfera con efecto invernadero es el CO2, metano, óxido nitroso. La mayoría se encuentra en la atmosfera de forma natural. Sin embargo, no dicen que el vapor de agua es el gas de efecto invernadero más abundante y significativo que hay en la atmosfera de la Tierra. Y eso no lo puede controlar el hombre.
Objetivo 15: Vida de ecosistemas terrestres. Se busca proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, incluyendo, la gestión sostenible de los pastizales y la conservación de la biodiversidad. Parece que no se dan cuenta, que las ciudades y el desarrollo industrial van devorando todo lo que huela a rural y, seguramente, pondrían antes un centro comercial que mantener un pastizal.
Toda esta implantación de la Agenda 2030 en el sector ganadero, supone grandes desafíos para los ganaderos, sobre todo, por la falta de financiación que aboca al sector a la desaparición.
En Europa la ganadería sigue desapareciendo y nos encontramos ya en una situación crítica. Según datos de Eurostat en el 2024 la UE contaba con 132 millones de cerdos, 72 millones de bovinos, 57 millones de ovejas y 10 millones de cabras. Si esto lo comparamos con el 2023, la población de cerdos baja en un 0.5%, la de bovino, un 2.8%, las ovejas, un 1.7% y las cabras, un 1.6%.
Estos datos muestran una tendencia preocupante de descenso. En la última década, la cabaña ganadera europea ha sufrido un fuerte retroceso con un 8.1% menos de cerdos, un 8.7% menos de bovina, un 9.4% menos de ovejas y un 16.3% menos de cabras que en el 2014.
Un dato relevante en España, y en concreto en la Comunidad Valencia, han desaparecido más del 40% de las granjas de ovino y caprino.
Según datos de Eurostat, desde el 2019, el consumo de carne se ha reducido unos 4.5 kg por persona, y aunque en el 2024 se ha registrado una pequeña subida que sitúa en 66 kg de carne por persona al año. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el consumo per cápita de carne en la UE ha caído un 9% en los últimos diez años.
Aun así, la agenda climática sigue imponiendo cada vez más exigencias en lo que respecta a la reducción de emisiones, el uso de fertilizantes, la gestión de los residuos y, sobre todo, las limitaciones de las superficies de pasto y producción. A esto hay que sumar los constantes cambios normativos que, generan inseguridad jurídica y desactivan las inversiones en el sector.
Cumplir las nuevas normativas medioambientales supone más costes para los ganaderos que ven cómo sus márgenes se van reduciendo. Si a esto le añadimos la subida de piensos, energía, impuestos, etc. vemos que los precios de venta de sus productos apenas cubren costes.
Todo esto está generando dos situaciones. La primera la falta de relevo generacional. La situación del sector no atrae a personas jóvenes que, quieran continuar con la labor de sus antecesores. La segunda, la desaparición de explotaciones pequeñas, sin embargo, crecen las grandes corporaciones ganaderas.
A pesar de todo esto, la UE reconoce que la ganadería europea está en un punto de inflexión que puede acabar con la mayoría de la ganadería europea.
Ante todo, el sector primario debe apostar por partidos políticos y asociaciones que defiendan nuestra agricultura y ganadería. Es necesario encontrar soluciones que ayuden al desarrollo y consolidación del sector.
José García Martinez.