Opinión

Murcia: 12 meses, 12 causas

12 siglos de historia

Qué menos que celebrar por todo lo alto estos 12 siglos de historia que cumplirá nuestra perla del Segura desde que el 25 de junio del año 825, nuestro Abderramán II fundase a orillas de nuestro rio Segura Mursiyya.

No solamente hemos de recordar nuestras raíces e historia, tema de importancia, sino que también, sin olvidarnos del pasado, como base sólida, seguir enclavando calidad suprema a la población de hoy. Tal población, nuestra Región, se acerca cada día más a la pobreza severa tanto en alimentación, trabajo y, mundo del intelecto, tema del que hoy me gustaría realizar algún comentario. Sabrán muy bien que, aunque somos tierra de talentos, alguna que otra vez han tenido que salir a buscarse su pan. Por otro lado, nos situamos ante un baremo de dejadez lectora donde andamos muy lejos de otras regiones. Así pues, a nuestra Región, entre otras, nos distinguen virtudes que ensombrecen a Europa como es la generosidad de sus gentes y a la postre, seguimos necesitando modelos que les cuenten qué decidir, que les hablen de que los vínculos no son cadenas sino enlaces.

Tales modelos, como siempre, nos han venido por la lectura que, como el agua, por muy fuerte que sea la roca, antes o después la hace fosfatina. No nos olvidemos que las grandes obras de la literatura universal, a lo largo de los tiempos, han contribuido de forma especial a la formación del carácter de muchas generaciones. Nuestros jóvenes murcianos, sus profesores, nuestro gobierno regional, lo tendría que tener en cuenta. El problema es que no leemos los clásicos con los jóvenes porque no confiamos en que la literatura pueda ayudarnos a encontrar nuestro destino. Desde hace años, centros académicos de prestigio han mostrado la confianza en las grandes obras maestras de la literatura para formar a los jóvenes. Estos clásicos, no lo duden, superan al tiempo y nos hablan al corazón.

Imagínense por un momento si a nuestros profesores de la Región de Murcia les diese por promover a nuestros jóvenes una cultura educativa orientada al sentido crítico y al desarrollo del pensamiento, y cultivar el gusto por los grandes relatos. Más aún, muchas jóvenes, por su edad y ambiente andan algo descarriados por la vida y estos libros, como Dante, Shakespeare o Jane Austen, por ejemplo, dan respuestas que buscan nuestros adolescentes. Tales respuestas, seguro, no las encontrarán en los eslóganes edulcorados de una cultura narrativa excesivamente sentimental y, a menudo, muy superficial, que transpira miedo al compromiso, a los vínculos. Desean ser libres de verdad, pero necesitan modelos que les cuenten qué decidir entre distintas opciones. No nos olvidemos que los clásicos entran en la historia, luchan, la transforman, sufren heridas y abren el camino a los recién llegados.

Animar a que nuestros jóvenes tomen como hobbit el gusto por la lectura y de que a través de ellos, con paciencia y tertulias con amigos sus fueron internos vayan aclimatándose a un nuevo estilo de vida, más sostenible e enriquecedor, no lo duden, aparte de salir ganando ellos y su familia, nuestra región seguirá siendo un auténtico vergel muy parecido a los que tenemos en Cieza.

Hemos de tener claro de que si sigue apostando por la familia y por sus hijos en este caso, sin duda, seguiremos celebrando los siguientes siglos con el trabajo que hemos realizado muchos años antes. Apostar por las mentes de nuestros jóvenes, sus talentos, su mejora de carácter y sus ganas de vivir habrá merecido la pena.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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“No acertamos a estimarnos, porque la conciliación y la violencia no pueden habitar juntas; sólo el servir y no el servirse, es lo único que da satisfacción”