Debo confesar que no conocía que existiese esta golosina o quizás sí, menos aún que fuese inventada hace tiempo, pero aún más que un grupo de científicos la hayan estudiado.

Debo confesar que no redacto este artículo de opinión, por indicar que en España cada persona degusta 24 kilos al año de dulces, y en el mundo según Internet se consumieron en el 2022 unos 130.000 millones de kilogramos de dulces y confitería. Miren ustedes que son cifras altas. Redacto este artículo porque según Hans Sanders, publicado en el 02 de noviembre del 2024 en The New York Times, en español, un artículo titulado: Nerds Gummy Clusters: La gomita crujiente que rompió Internet.

Según ese artículo esta golosina está arrasando el mundo de este sector, y, sobretodo porque la empresa que la construye o realiza o materializa ha encargado a un grupo de científicos en el 2018 “desarrolló un plan para hacer los Nerds volvieran a ser relevantes”. Y, según el artículo mencionado, creo que citaré las palabras exactas porque son más clarividentes, los científicos se cuestionaron y preguntaron: “¿Cuál es la cantidad correcta de masticabilidad, crujido y liberación de sabor que realmente resulta óptima para los consumidores?”.

Aunque este producto parece ser se diseña y consume desde hace cuatro décadas, la empresa ha pensado que habría que estudiar el porqué iba reduciéndose el consumo… pero lo que me ha llamado la atención, es esos adjetivos que el columnista norteamericano indica, les preocupaba la masticabilidad, el crujido y la liberación del sabor… No sabía que en el campo de los dulces, de las golosinas en concreto habrían llegado a ese grado de hacerse preguntas y de buscar respuestas…

Recuerdo que Marx, en alguno de sus textos indicó, que el capitalismo o la revolución industrial habían llegado a la producción de una enorme cantidad de bienes y de mercancías, como jamás en la historia se había producido hasta ese momento… Recuerdo en una película, una ficción, cuándo tienen en contacto un neandertal y un grupo de humanos modernos o cromagnones, es decir, un grupo de personas de la misma especie como usted y como yo, en la película reflejaba que los neandertales de ese grupo jamás habían visto tanta comida como tenían los homo sapiens sapiens o cromagnones como mostraban en la entrada de la cueva, que se estaba secando y ahumando al sol y al fuego. Recuerdo que hace unos años, a una persona migrante, que contaba que cuando vinieron su hija adolescente, le extrañaba ver tanta comida en un supermercado o hipermercado porque jamás había visto tanta comida en un solo lugar y apta para comprarla, -no diré nacionalidad, ni lugar de procedencia-.

Siguiendo lo anterior, jamás pensé, que se llegaría a ese grado “de perfeccionamiento”, o si se quiere indicar de otro modo, que el sistema liberal-capitalista de mercado y de economía de mercado y, de representación política en la democracia, porque según mi modesto entender ambas dimensiones de la economía y la política van unidas. Jamás pensé que este sistema llegaría a un grado de “estudio y de intento de perfeccionamiento de que los productos que se venden, puedan gustar al público o al consumidor potencial”. Dicho de otra manera, si hoy Marx viviese, quizás ponderaría y valoraría y se fijaría en este vector y factor, que la economía no solo ha llegado a un nivel de producción enorme, comparada con épocas anteriores, un cambio revolucionario en la historia –no entremos en otros factores-, sino que también jamás los que producen realidades materiales y servicios, sean del tipo que sean, intentan aceptar y adaptarse al gusto de los potenciales consumidores hasta este grado que aquí mencionamos…

Que una golosina, la empresa que lo fabrica, llame a científicos, reitero, la palabra científicos, personas, hombres y mujeres que tienen conocimientos de ciencia, y, que utilizan el método científico, y, que estudian formas y maneras de cómo adaptar el gusto o esa mercancía, esa chuche, en lenguaje de la calle y popular de mi sociedad, esa golosina, se adapte al gusto de la sociedad de su tiempo, al ahora en USA. Ese cambio me parece revolucionario, y, radical. Y, totalmente innovador… igual que hemos indicado, que jamás se ha producido tanta mercancía como ahora, o al menos hasta ahora.

Tampoco hasta ahora, todos los productos que se consumen, se estudia tanto y tanto, desde distintas perspectivas el gusto potencial del público, del público al que va dirigido… “¿Cuál es la cantidad correcta de masticabilidad, crujido y liberación de sabor realmente resulta óptima para los consumidores”, según nos relata el articulista norteamericano. Debo confesar que jamás llegué a pensar que tantos vectores y factores se estudiaban y analizaban en una simple golosina.

¿La gran pregunta, es si esto se hace en una golosina, qué se hará en otros productos, y, en otros productos me refiero a todos, económicos, mercancías, servicios, pero también sociales, políticos, demográficos, sensuales, psicológicos-morales, culturales…?