La ciudad autónoma de Ceuta se encuentra sumida en una crisis migratoria sin precedentes. Las constantes llegadas de inmigrantes están desbordando los servicios y saturando a nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad, que continuamente denuncian esta situación ya insostenible. Agentes de Guardia Civil y Policía Nacional expresan su preocupación por la falta de recursos y personal para hacer frente a esta situación. La continua presión migratoria afecta a su capacidad operativa y lo peor de todo, es que se pone en riesgo su propia seguridad.
Ante esta grave crisis que se sostiene en el tiempo, se hace imprescindible que tanto Delegación del Gobierno de Ceuta como el Gobierno central adopten medidas urgentes entre las que se encuentran por un lado el refuerzo real de las fronteras, invirtiendo en muchísima más tecnología y personal para reforzar el control de la frontera evitando así nuevas llegadas masivas.
Aumentar las partidas presupuestarias para así dotar a nuestras policías de los medios necesarios para poder llevar a cabo su labor, donde se incluyan equipos, vehículos y personal adicional.
Es fundamental establecer compromisos más estrechos con los países de origen y tránsito para abordar este caos de la migración, estableciendo mecanismos de retorno que se acojan a las leyes, para no transgredirlas.
Un pilar esencial es proteger la labor que realizan estos agentes de policía transfronterizos, para poder garantizar la seguridad de nuestro país, ya que en estos momentos no es así y para que esto se haga realidad, es necesario dotarlos de los medios y recursos adecuados como son el equipamiento especifico con armas de fuego de última generación, chalecos antibalas y otros equipos de protección personal adaptados a las amenazas específicas que encuentran en la frontera.
Vehículos todoterreno, motos y embarcaciones para patrullar zonas de difícil acceso y realizar persecuciones.
Tecnología de sistemas de comunicación seguros, drones, cámaras térmicas de primera generación y otros dispositivos de vigilancia para detectar y rastrear posibles intrusos.
Material de primeros auxilios, además de una ambulancia permanente para poder atender heridos en situaciones de emergencia.
Recopilar y analizar información sobre amenazas existentes en la frontera para anticiparse a posibles incidente.
Creación de un grupo operativo formado por Guardia Civil y Policía Nacional para prevenir amenazas concretas fortaleciendo la lucha contra grupos criminales, terrorismo, o contrabando. Protegiendo a los agentes de enfermedades infecciosas, proporcionándoles equipos de protección individual adecuados y vacunas.
No hay que obviar que la labor que desarrollan estos agentes es cada vez más compleja y desafiante, por ello requiere un marco legal y sólido actualizado para garantizar su eficacia y proteger los derechos de todos los involucrados. Algunas medias para reforzar las actuales pasan por definir de manera clara y concisa las competencias de la Policía trasfronteriza, delimitando el ámbito de actuación y evitando solapamientos con otras fuerzas de seguridad.
Cooperación interinstitucional, regulando los mecanismos de cooperación entre Policía transfronteriza y otras agencias nacionales e internacionales, evitando de esta manera duplicidades.
Referente a la normativa en sí, se debería revisar y actualizar periódicamente la legislación para adaptarla a las nuevas amenazas y desafíos, como el crimen organizado transnacional, terrorismo y migración irregular.
Incorporar estándares internacionales en materia de derechos humanos, garantizando la actuación de las Policías, ajustándose a los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad.
José Carbonell Buzzian. Auditor, consultor y asesor en seguridad.