Opinión

Camino a la ruina

Acabo de leer un artículo cuya pluma dice mucho de su autor y, aún más, de su bello sentido común, tema que por ahora parece que escasea más que el aceite. El asunto gira en torno a la democracia de Iberoamérica, por decir algo, y nos quedamos vacilantes cuando se dice en un momento: "la democracia en Iberoamérica se desvanece porque la ciudadanía no cree en ella y porque las élites y los políticos que la tenían que defender no dieron la talla o la traicionaron". Más claro "agua".

Mientras que estos días se acercan más de uno a la Zarzuela para dialogar sobre "el futuro de España" con su Majestad, suponemos que llevarán sus cartas muy amarradas. Unos mirarán por su bien y pocos por los de España, aunque ello dificulte sus aspiraciones políticas. Aún así, si me lo permiten, vemos demasiados nubarrones y resquicios para tener todos, un mínimo de optimismo. Si miramos al resto de Europa, a los despachos principales donde se cuecen las leyes dirigidas hacia Europa, si escuchamos a nuestros vecinos, a nuestros compañeros de barbería o colegas tertuliantes, no lo duden, en estos días, no lo quisiera para mí, el despacho de D. Felipe VI debe ser, toda una aventura. Permítanme decirlo: "A nadie le gustaría estar en su pellejo".

Iberoamérica lleva años de trompicón en trompicón y no dan una que merezca la pena y, tanto es así que, en algunos países, si no votas, la tienes clara. No podrás hacer en ningún momento ningún papel oficial. Eso es lo que te buscas, pero es entendible ya que los que se presentan, por lo que oigo a los que andan por España, valen políticamente bien poco y duran en el poder "nada de nada". El populismo se ha hecho con esos queridos países y sus habitantes trabajan fundamentalmente en el "sálvese quien pueda". Nuestros mejores iberoamericanos, los que pueden y posiblemente los mejores, salen de estampida de aquellas naciones que han caído en las garras parecidas a las que andan por España. De progresismo nada, de ultraizquierdismo mucho. Miren por un momento Nicaragua, Venezuela y el cachondeo mental de Méjico.

Como dice la buena pluma de la que les hablaba al principio, estamos en la frontera del paso a un nuevo ciclo de funcionar donde todo cambia del "hoy para el ahora mismo". Con la Renovación Industrial y todo lo que conlleva a su alrededor esto no hay quien lo pare. Pero en el fondo ¿dónde está el problema? ¿de quién depende que esto surta a efectos positivos? ¿Por qué nos liamos la manta a la cabeza y seguimos dando la cara en España por los mismos que en Iberoamérica están haciendo auténticos destrozos? ¿Qué puede hacer nuestro Rey ante tal desaguisado? ¿Volveremos a las mismas con la restauración de la naturaleza, falta de justicia y otras muchas injurias a nuestros estamentos que desean medio funcionar bien? ¿De quién depende todo?

En buscar personas en el mundo de la política que merezca la pena. Que brillen por su honradez, estilo de vida, trabajo bien realizado y moralidad de altura. De eso, por lo visto ni en Iberoamérica no se encuentra ni en España últimamente tampoco. Ello, me ha llevado a estar desde hace tres años en el partido VALORES que se inició en Murcia y ahora anda ya por casi la mitad de España. Si a la honradez de sus gentes les unimos proyectos sólidos para las familias y una justicia, educación y sanidad que merezcan la pena, habrá valido la pena cuando te metes en estos salaos. Sabemos de ciencia cierta que buscar políticos del estilo que hemos hablado no es fácil pero sí es posible. Como humanos nos podemos echar a perder cuando tocamos las hampas del poder, de la gloria humana. Pero para ello, si dentro de los partidos existen frenos amigos que te apoyen hasta es posible que todo marche como se espera.

El "camino a la ruina" de estos días en las idas y venidas a la Zarzuela duele a España. La honradez y la valía de España está en juego. Quieran cielos y tierras que no tengamos que volver a los cuatro años que acabamos de pasar. Después, que salga el garante que se espera para llevar a España adelante y, en último caso, si por desgracia fuese, que haya elecciones de nuevo. Lo último: volver a la "Iberoamérica española" que todos nos "medio imaginamos". Difícil situación la de nuestro Rey.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz