Aquello de que una imagen vale más que mil palabras (trataré de ir al grano) nos puede servir para ilustrar las observaciones que vamos a hacer sobre las contribuciones de los distintos sectores productivos de la economía regional tanto al PIB regional como a la empleabilidad de la población murciana. A bote pronto se nos ocurriría pensar que ambas magnitudes deberían estar muy correlacionadas, pero el análisis del gráfico nos demuestra que esto no siempre ocurre, dándose, en concreto, algunos gaps (saltos importantes entre las variables que analizamos) cuanto menos interesantes respecto a su análisis.
Podemos dividir de un solo golpe de vista los sectores de actividad en dos grandes grupos. El primero sería aquel constituido por aquellas actividades económicas que aportan más empleabilidad que contribución al PIB regional, entre estas actividades se encontrarían las actividades recreativas y artísticas, la información y comunicaciones (con un gap entre ambas variables bastante interesante de análisis), la agricultura y ganadería, el sector público (muy correlacionado el dato de empleo con su contribución al PIB regional), la construcción y las actividades profesionales. En segundo lugar, podríamos citar las actividades que aportan más al PIB regional que a la tasa de ocupación, entre ellas se encontrarían el comercio y la hostelería (con otro interesante gap) y la industria manufacturera y extractiva.
A raíz de esta división podemos hacer algunas consideraciones, sobre todo en el comportamiento de aquellas ramas de actividad que se saltan la disciplina lógica de la correlación, es decir, a qué se debe que aporten una cifra significativa al PIB regional y en cambio apenas aporten empleo, o viceversa. Por qué siendo intensivas en mano de obra apenas contribuyen al crecimiento económico regional. Veámoslo con los dos ejemplos estrella. ¿Qué está ocurriendo con el comercio y la hostelería? Mi honesta hipótesis está relacionada con la función de costes de dicha actividad económica, en donde sospecho que los costes de los insumos (materias primas, costes energéticos , fletes) necesarios para el ejercicio de la actividad superan con diferencia a los costes laborales, a pesar de que el consumo público y privado y los saldos comerciales de dichas actividades siguen tirando con fuerza de las mismas (de ahí su fuerte contribución al PIB), es obvio que un incremento de los salarios en dicho sector (mi enhorabuena a CCOO por la firma del reciente Convenio de Hostelería que tanto han peleado) podría contribuir al incremento de la empleabilidad sin que suponga un retroceso en la creación de riqueza (incluidos los beneficios empresariales) en dicho sector. Algo parecido, pero en bastante menor media, ocurre en el sector industrial, cuyos salarios están más homogeneizados respecto a la media -aunque aún quedan por debajo de muchos convenios de otras Comunidades-. El matiz respecto al sector industrial vendría en que es un sector que aún es capaz de absorber más empleabilidad, esto podría lograrse si nuestros gobernantes regionales en lugar de vivir en la obnubilación y apostando por infraestructuras deficitarias como el aeropuerto de Corvera, hay más ejemplos, situasen el foco de atención en la adecuada ejecución de las transferencias de capital (subvenciones para adquirir bienes de equipo, maquinaria) por parte de las consejerías competentes. Tampoco vendría mal a nuestra industria que la adquisición de tecnología para el sector fuese apoyada directamente por las Administración Regional (subvenciones no reembolsables ligadas a la contratación), o por lo menos, programas específicos de financiación, así como incrementar los incentivos fiscales para la creación de empleo en la industria a través de los impuestos que tiene cedidos. Apostar por el apoyo a las instituciones educativas públicas y la creación de clústeres en donde operasen proveedores, industria, universidades e Institutos de Formación Profesional sería un acicate para el crecimiento económico regional y un auténtico motor de ocupación, pues este sector, como hemos visto, muestra capacidad para absorber más empleo. Empleo, Sr. López Miras, que nos vendría muy bien de cara a la necesaria transición del modelo agrario en la comarca de Cartagena, las cifras y las notas apuntadas servirían para que las pequeñas pérdidas en la empleabilidad de ese sector, durante el tiempo de transición, fueran absorbidas por el comercio y la industria, fortaleciendo nuestra economía, pero es mejor estar en otras cosas.
Hecho este primer análisis, ahora, lo que nos tendríamos que preguntar es qué ocurre con aquellos sectores cuya contribución al empleo es superior a su aportación al PIB regional y en qué medida esto puede solucionarse para que el empleo sea de mayor calidad y la aportación al PIB regional sea superior. El caso paradigmático lo encontramos en el sector de actividad: Comunicaciones e información. Las externalizaciones, la dependencia de subcontratistas y proveedores y las sedes fiscales de las grandes compañías en otras provincias podrían explicar esta anomalía. Corregirla implicaría un esfuerzo desde lo público, por lo menos en el sentido de ir reduciendo la permisibilidad con las subcontrataciones en los pliegos de clausulados de contratación de obras y servicios relacionados con este sector de actividad, así como establecer incentivos financieros (o fiscales) buscando la internalización de funciones en dicho ámbito , incrementando así la empleabilidad -nuevas contrataciones en la empresa matriz- a la par que las aportaciones del sector a la riqueza regional (el volumen negociado de la actividad y la imposición sobre la misma sería mayor).
Humildemente hemos querido realizar una contribución que pueda valer como replanteo de lo que se podría hacer y no se hace para mejorar los dos factores que a las fuerzas transformadoras le preocupan para esta región: el crecimiento económico sostenible y respetuoso con el medioambiente y el empleo de calidad y en condiciones.
Miguel Ángel Pagán. Economista. Miembro de Izquierda Unida