Opinión

Humorista Gráfico: Flavita Banana

A mi entender en estos últimos años ha sido como un rayo, un descubrimiento en el mundo del humor gráfico. Para algunos un nuevo Mingote, Máximo, Forges, Chumy Chúmez…

Si alguien lee mis columnas periodísticas, entre otras temáticas, estoy haciendo una especie de serie sobre el humorismo gráfico español, y, sobre el humor y humor gráfico en general. Y, aunque estoy diríamos distanciándome de esta temática, pero hoy, le ha tocado a Flavia/Flavita Banana que pienso, que es o será una de las grandes humoristas gráficos de nuestra sociedad, comparable a los grandes nombres que antes he citado.

Es cierto, que nadie puede estar de acuerdo con todas las ideas de otra persona, sean estas ideas expresadas de un tema o de otro, con un lenguaje o arte o con otro, en este caso, esta combinación de arte plástico y arte literario que es el humor gráfico, según mi modesto entender y comprender. Pero nadie puede negar, que sus viñetas tienen profundidad y esencialidad y radicalidad y nos enfrentan a muchos espejos de la carne y de la mente y del alma, -se esté de acuerdo o en desacuerdo, con una mayoría de ellas o con la mitad o con un tercio-.

Porque nadie está de acuerdo, ni totalmente consigo mismo, ni con las ideas del pasado o todas ellas, con los hechos realizados en el pasado. Por lo cual, al valorar una producción cultural, hay que tener en cuenta este punto de vista.

Además, además pienso mirar la realidad cultural con un grado importante de filantropía, humildad, solidaridad, amistad intelectual –no con veneno, acidez, hipercrítica negativa…-. No solo mirar, lo negro o negativo o lo que no se está de acuerdo, sino tener en cuenta, bastantes parámetros. Valorar lo exterior cultural, como uno se valoraría a sí mismo, ese exterior… Después, todo el mundo habla de libertad de expresión y de conciencia y de publicación y de creación artística –dentro del marco amplio que te permite la ley, y, dentro, si es posible, de una moralidad mínima, y, de los derechos humanos de 1948…-. Pero casi todo el mundo al juzgar las obras culturales de los demás, más bien utilizan demasiadas sierras y cuchillos de envidia, vanidad, soberbia, ira-cólera…

Esta autora, el gran descubrimiento del siglo XXI en el humor gráfico, que ocupó el puesto de Forges en El País, que es todavía joven, y, que le queda una carrera, de varias décadas, treinta o cuarenta o cincuenta años, como Mingote. Aunque no sabemos como se juzgará el humor dentro de varias décadas, como incidirá, por ejemplo, la Inteligencia Artificial en las viñetas del futuro próximo. O el humor gráfico realizado dentro de unas décadas, por los ordenadores cuánticos y la inteligencia artificial aplicada a este tipo de ordenadores…

No podemos juzgar como será la cultura dentro de unas décadas, no solo porque evolucionará y progresará, sino porque se puede materializar en distintos campos. Porque existirán cambios no solo graduales, evolutivos, progresivos, sino que se espera cambios esenciales y radicales. Y, esos cambios no los podemos imaginar…

En estos días, he estado oyendo y escuchando y percibiendo, varias entrevistas que la autora ha concedido a distintos medios, programas, webs, medios de comunicación, etc. En dónde se perciben las preguntas, las contestaciones, los gestos del cuerpo, las formas de vestir y los cambios producidos en distintos tiempos… He intentado comprender y entender algo de la persona en su persona, lo que muestra al público, algo de la persona en sus viñetas, y, algo de las viñetas de la persona y de la autora y de la creadora…

Es muy interesante su concepto de pensar y repensar el tema y la viñeta, durante todo un día. Es una persona, si es que he entendido bien, está con una idea todo un día, o varias horas, hasta que piensa que surge el modelo y la forma, la relación entre el dibujo y el texto escrito, es decir, ese beso de amor entre el texto de líneas y el texto de palabras en la nevera-cama-piscina del concepto-idea… ese maridaje de lo que somos.

He escrito y he opinado ya en distintos artículos que he redactado sobre el humor gráfico, que pienso que el humor gráfico como dibujo y como idea y como arte, se merece tener su lugar, en salas de los museos de arte contemporáneo. Por ejemplo, Mingote, Máximo, Forges, Flavita Banana y tantos otros se merecen que sus dibujos de viñetas estuviesen en salas al lado de Picasso, Miró, Modigliani, Warhol, etc.

No sé hacia dónde evolucionará la autora. Que me parece, hay que indicarlo, una persona muy inteligente, de inteligencia en sentido estricto. Se nota en las respuestas, se nota en la trayectoria, se nota en la amplificación del mercado de la viñeta, quizás, por su formación como ilustradora, quizás por estar en un medio social y ambiental, en que el comercio dinerario es importante. Flavita en este sentido está abriendo un abanico de posibilidades a otros humoristas. Una viñeta, no solo está hecha para el periódico, puede servir para libros, para la ilustración, para venderlos como dibujos y ser expuestos en las paredes de las casas, para ropa, etc., -cosas que evidentemente se llevan haciendo muchos años…-.

Pero terminaré con un misterio y enigma para mí. En una época de periodismo digital, como existen tantos medios, que disponiendo de sección de opinión, no incluyen viñetas. Cuándo existen cientos de viñetistas que publican en sus blogs y en sus redes sociales, y, estarían dispuestos hacerlos en periódicos de difusión local, provincial, comarcal, regional…

El humor tiene distintas definiciones, y, el humor gráfico también, el humor es un estado de la mente y de la conciencia y un estado de las cosas y un modo de percepción y un estar en el tiempo y en el espacio –con todas estas formulaciones, tomadas de toda la filosofía de este último siglo, les estoy brindando a usted, que sea capaz de entender que el humor gráfico es más que unos cuantos muñecos y unas cuantas palabras, es algo más, le están diciendo a usted algo de su corazón, algo del corazón de la sociedad-. ¡Aquí mi homenaje a Flavita/Flavia, aunque no esté de acuerdo con todas sus viñetas…!

Pero también he leído a tantos pensadores y filósofos, y, no estoy de acuerdo con todas sus ideas. Si los autores y creadores tienen libertad de expresión y de conciencia, es un derecho que les damos, que la sociedad se da a si misma, para que alguien nos diga, que quizás estemos equivocados, aunque a veces, los que están equivocados sean los autores… ¡Para que alguien nos diga, como en el cuento, que el rey está desnudo, para que alguien nos recuerde lo que somos y resomos, y no queremos ver, hasta claro está, alguien te diga que hay que aplicarte el artículo 115…! ¡Paz y bien…! 

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz