El 21 de marzo del 2023 entró en vigor la reforma de la Ley de Tráfico con el fin que en esta década se reduzca a la mitad la siniestralidad.
Según cifras de la DGT a fecha del 17 de marzo se habían producido en este año 222 fallecimientos por accidentes de tráfico, afectando como es lógico estas normas a todos los conductores de todos los tipos de vehículos, incluidos patinetes y bicicletas.
Me presento a un concurso anual que tiene como finalidad la seguridad vial y, en mi lenguaje, evitar accidentes de tráfico. Debo indicar que en todos esos años que me he presentado, nunca he llegado a la final, al menos hasta el momento. No es una queja dar esta información. Supongo que contrariamente, a otros artículos que redacto sobre docenas de temas, en los accidentes de tráfico, por lo general, soy muy parco en tropos y figuras literarias y en imágenes y en metáforas y en relatos y narrativas, sino que adrede escojo un estilo, casi aforístico, sintético, enunciativo y claro de soluciones…
Expreso lo anterior, que sin negar la enorme importancia de esta Reforma de la Ley de Tráfico, porque es absolutamente necesario reducir el número de fallecimientos y de accidentes de tráfico, y, si es posible, tener como objetivo la erradicación, aunque se piense que jamás se podrá llegar a ese fin o finalidad. Pienso que hay que imponerse metas y objetivos, que pueden parecer ideales y utópicos e imposibles de alcanzar en este momento, pero que podrían conseguirse, porque a semejanza, que hemos sido capaces de solventar y resolver epidemias que durante milenios nos han castigado y han sido la causa de cientos de millones de personas fallecidas. Si pensamos los accidentes de tráfico como una epidemia podemos a empezar a mover los resortes mentales y de conciencia, para solucionar pequeños y medianos problemas…
Por lo cual, nunca me gusta darme de un conocimiento que no conozco. No me he leído la reforma en todos sus puntos, si resúmenes de ella y los que los medios y la DGT está informando. He escrito, posiblemente, en estos diez últimos años, una cuarentena de columnas sobre el tráfico y, sobretodo de ideas o sugerencias, supongo que muchas sin valor, sobre como evitar accidentes de tráfico. Con que si me lo permiten, sugeriría lo siguiente:
- Lo primero informarse bien de esta reforma de la Ley de Tráfico, para tener constancia clara de las normas. Porque saber es el modo más profundo y esencial de evitar accidentes de tráfico.
- Por diversas razones, que no vienen a cuento contar y narrar. Sugiero que estudien que en el momento que se produzca una siniestralidad por tráfico, sea pequeña o mediana, como generalmente se informa a las pocas horas a las casas de seguros, que pudiese ser una “norma fijada”, por el procedimiento que fuese conveniente, que si existen cámaras de grabación de la ciudad o en ese entorno. La imagen que haya podido quedar grabada se recoja y se envíe como información –o, las casas de seguro puedan tener acceso a esa imagen, para el fin de dicho accidente o siniestro, sea pequeño o grande-. Aunque no haya habido un accidente mortal, ni un siniestro grave. De ese modo se ganaría mucho, se podría percibir claramente el hecho exacto o más exacto…
- Sugiero y planteo la necesidad voluntaria que los vehículos que deseen y quieran, al menos de momento, porten un sistema de grabación, que solo se utilizaría en caso de siniestralidad propia o de otra situación en la que se vea el vehículo implicado o como testigo. Pienso que esto reduciría las interpretaciones de los hechos y de los datos. Y, sería no solo un ahorro de problemas de todo tipo, sino de percepción más clara de la realidad concreta. Opino y pienso que esto sería una medida esencial para reducir los accidentes de tráfico, de todos los órdenes y formas y maneras. Cierto es que tendría que estar penado, si así lo consideran los legisladores si fuese utilizado estos sistemas con otros fines y finalidades… Creo que esta medida sería, radicalmente eficiente, porque así se perdería, cierto halo de “ineficacia de las conductas”. A semejanza, como el carnet por puntos ha sido una medida efectiva y muy disuasoria, lo mismo o más sucedería con esta. De todas formas no conozco las limitaciones de los derechos en cuanto a esta realidad, desconozco si vulneraría algún otro tipo de derechos humanos o jurídicos…
- Me pregunto si existiendo sistemas teleinformáticos, se debería estudiar que la DGT enviase información actualizada de todas las normas y de todas las temática que dicha entidad considerase pertinente a todos los móviles de las personas que tienen carnet de tráfico y, que por tanto, real y potencialmente, es un conductor. De esta manera, existen más posibilidades de que todas las personas, casi a tiempo real, sean conscientes de las nuevas informaciones sobre las normativas y demás aspectos de la DGT considere debe informar… Desconozco el coste económico y de recursos humanos que una medida como esta podría suponer. Podría empezarse, con las personas en las que han intervenido en un siniestro grave, e, ir aumentando según gravedad…
- A semejanza como Google va haciendo un mapa de ciudades y calles. Me pregunto si se le podría indicar a dicha entidad que hiciese lo mismo en carreteras de tal modo, que si alguien tuviese que viajar por una vía y no la conociese, podría mirar y observar, la dificultad que podría tener o disponer. Desconozco si esta medida podría ser contraria a la Seguridad del País o del Estado y, entonces, evidentemente no se debería hacer. Pero quizás, si diríamos los puntos negros de las carreteras, quedar grabadas en determinadas rutas…
- Opino, que varios millones de ojos y varios millones de kilos de cerebro con neuronas, pueden pensar más y observar más, que unos miles de personas. En la cuestión del tráfico intervienen cada día, salen a la calle a conducir, millones de conductores. Pienso que se debería buscar el modo y la manera, de organizar un sistema de sugerencias a un departamento de la DGT, por el cual, el conductor que quisiese, de forma adecuada y correcta y respetuosa indicase ideas o sugerencias o cosas a mejorar o, quién sabe, entre tantos millones de personas, se tendrían una de cada cien ideas o de cada mil, conceptos que podrían reducir la siniestralidad en las carreteras. Porque diez millones de ojos perciben más que cien mil…
Termino recordando, la historia que un herrero se montó hace unos tres siglos en una diligencia, tardó en el viaje varias horas, y al llegar, terminó con los huesos molidos. Entonces cuándo volvió a su fragua y herrería inventó el primer sistema de amortiguadores, que si mi memoria no me falla, eran al principio dos semicírculos entrelazados. De aquella idea han surgido todos los amortiguadores a lo largo de estos tres siglos.
¿Quién puede negar que millones de “herreros” que caminan todos los días por las carreteras, puedan tener, cientos de ideas pequeñas o medianas o, algunas brillantes, que nos pueden reducir la siniestralidad por tráfico no solo a la mitad, sino al diez por ciento…?
¡Podemos soñar, tenemos derecho a soñar, que esta epidemia podemos vencerla, podemos y tenemos derecho a soñar, que hijos no se queden sin padre o madre, por un accidente en la carretera, tenemos derechos a soñar, que padres no se quedan sin hijo o hija o nieto o nieta, por un accidente en la carretera…!
¡Tenemos derecho a soñar que esta epidemia se puede vencer en el mundo…! ¡Y, cuánto ahorro sería a la seguridad social, al sistema sanitario, a los seguros, a las familias, a las personas, cuánto ahorro para el sistema financiero, cuánto menos problemas para la sociedad y para el Estado, cuántos menos llantos y lágrimas y lloros y angustia que duran toda la vida, a quién le ha tocado la china de sufrir una muerte familiar por esta realidad…!
¡…!