Opinión

De nuevo Cádiz

Del 27 al 30 del próximo Marzo, Cádiz una vez más para la Historia de España, extenderá su gran alfombra roja al IX Congreso Internacional de la Lengua Española bajo el grato lema: Lengua Española, mestizaje e interculturalidad. Historia y futuro. Será un foro de reflexión relevante sobre la situación del español, sus retos y oportunidades. A ello se han vinculado algunas cuestiones muy vinculadas a la ciudad andaluza, entre ellas la Constitución de Cádiz, la influencia de las hablas andaluzas en el español de América y el mundo de los carnavales. Al acto tiene previsto asistir su Majestad el Rey de España Será la segunda vez en que se celebre uno en nuestro país, tras el que tuvo lugar en Valladolid en 2001. El tema promete.

Mientras que se van preparando los fastos en la bahía de la "tacita de plata", nos gustaría dejar aquí constancia de algunos pensamientos que no vendrían mal recordar. "El idioma español", en su momento, presenció una guerra, pero era la otra cara de la guerra: no un arma de combate entre credos, sino un encuentro de culturas, un crisol de muchos metales, una conversación de civilizaciones plasmada de pronto, milagrosamente, en la adopción por un pueblo de la palabra de otro. La vocación de mestizaje marcó el encuentro, por demás sangriento y dramático-como toda conquista-con el mundo americano. Entre las ruinas de los grandes Estados indígenas, trabajaron desde un principio los protectores de los indios y los estudiosos de sus lenguas y su historia.

Nos situamos ante el primer reconocimiento de la humanidad del otro, de los otros, y desde lejos seguimos observando el presagio del vasto proceso de mestizaje que, a diferencia del orbe anglosajón, caracterizó en diversos grados nuestra historia cultural y social. La cultura, con su haz de valores vitales, éticos, estéticos, literarios, intelectuales, religiosos, etc, seguiría identificándose, incorporando nuevas tradiciones asiáticas y europeas, al margen y, a veces de espaldas a la política y sus vicisitudes. Ayer y hoy, los políticos populistas están usando y abusando del pasado para fines del poder, no del saber, propagando que la única y verdadera historia es la de los hechos inoportunos, sangrientos, la que pone el acento en las guerras y discordias. Bajo esta óptica incendiaria que elige la historia en tribunal, poco o nada hemos construido en quinientos años.

Ahora, en pleno 2023, en España, los nuevos cruzados de la identidad nacional y lingüística construyen la posmoderna Torre de Babel en la que privan los monólogos narcisistas del "nosotros" contra el "ellos". Toda una idea militante de la cultura. No la conciben como el filósofo Herder, algo así como una educación sentimental nacida del amor a nuestras tierras, a una tradición, a nuestros ancestros. Se desea concebir por ley y por narices al estilo del alemán Fichte, como una forma de poder, para imponer la cultura al otro. No han descubierto ni por sentido común la posibilidad de que las personas tengamos identidades plurales.

Ahora mismo, las experiencias que venimos aguantando, solo son comparables vagamente con el genocidio cultural que Putin intenta en Ucrania y se comprende así el escepticismo ante las versiones de nuestra historia lingüística. La falta de perspectiva, objetividad y humildad se verán con el tiempo. De todas maneras, los idiomas y las culturas que se imaginan y están sin redimir gozan de buena salud.

La experiencia hispanoamericana plantó entre nosotros el árbol de la igualdad cristiana y libertad natural. Aunque los beneficios fueron palpables en la vida social, no ha sido en lo político e intelectual. Pero, aún ante tal salvedad, el árbol hispano de la libertad suavizó en América los aspectos más dolorosos de la esclavitud, creó leyes e instituciones jurídicas de protección a los indios, introdujo reformas audaces en el crepúsculo del imperio, renovó su estructura conceptual y legal en la tradición liberal del XIX y llegó al XX, fuerte y generoso como para proteger la vida de los perseguidos de otras tierras, incluidas los de la propia España.

Bienvenida a Cádiz la RAE y bienvenidos el Instituto Cervantes y, todo aquello que potencie lo que ayer y hoy está sucediendo alrededor de nuestro idioma y nuestras relaciones de parentesco: únicas en el mundo.

VICESECRETARÍAS NACIONALES DE FORMACIÓN Y, CULTURA Y ARTES

PARTIDO POLÍTICO "VALORES".

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz