Opinión

Ceuta, la séptima ciudad más endeudada

Nos despertamos hoy con la noticia de que la ciudad licita una operación de crédito por un importe de 30.600 millones de euros, cuyo objeto es la contratación de otra entidad financiera con el fin de sufragar diversos proyectos de gastos. De nuevo me muestro atónito con este Ayuntamiento, ¿a quién quiere engañar con esta estrategia?

En lugar de seguir engordando la deuda, me pregunto porqué no se ponen como meta dejar de ser una entidad infrafinanciada y pagar a sus proveedores en tiempo y forma, marcando los próximos presupuestos con una gestión austera y no dilapidando el dinero público.

Nuestra ciudad se encuentra entre las más endeudadas, concretamente ocupa el séptimo puesto a nivel nacional, con un déficit de 2.042 euros por habitante, según datos publicados por el Ministerio de Hacienda y Función Pública sobre la deuda viva a 31 de diciembre de 2021, algo sorprendente sobre todo cuando a fecha de hoy no sabemos el estado anímico del erario público, ya que no se ha realizado ni una sola auditoria para conocer la salud real de la economía ceutí.

El significado de la deuda viva de nuestra urbe es la totalidad de la deuda pendiente a pagar que tiene el Ayuntamiento procedente de préstamos a largo plazo, con entidades financieras y avales, o sea, el monto total de lo que se ha pedido, más los intereses.

Según los últimos datos del año 2021 la deuda pública per cápita en nuestra urbe es de 168 millones de euros, peccata minuta, ya que el día que se desvele la deuda real va a arder Troya (de nuevo). Este alarde a través de los medios de comunicación argumentando una buena gestión de la administración ceutí no es nada nuevo, solo es una campaña más donde el ejecutivo local quiere hacer ver que la deuda de nuestra ciudad se está reduciendo. Pero claro está que esto huele a que las elecciones autonómicas están muy cerca y quieren presumir de que algo hacen bien.

Deberían de estar buscando fórmulas y que esa forma tan generosa de gastar un dinero que no es de ellos, fuera a parar al bolsillo de todas las familias ceutíes que tanto lo necesitan. Me pregunto porqué el Gobierno central no ha sancionado a Ceuta por su pésima gestión, tal y como lo hacen en Islandia, se trata de uno de los pocos países del mundo desarrollados que juzga a sus responsables políticos por su nefasta gestión. Algo por el estilo quiso llevar a cabo el exministro Cristóbal Montoro pero se quedó en dique seco. No se tendría que permitir que la gestión de una administración pueda gastar más allá de los límites que tengan establecidos, y se deberían de exigir responsabilidades penales a aquellas administraciones que no cumplan con el techo de gastos previstos en los presupuestos.

Esta falta de transparencia en la gestión se va acumulando en deudas que luego se convierten en impagables. Pero bueno no pasa nada, (o eso al menos pensarán los gobernantes de nuestra ciudad) que para eso está papá estado que tiene herramientas para condonar y tapar las deudas. Y me dirijo a quien me quiera responder que dónde está la famosa ley de estabilidad presupuestaria que pretende controlar el gasto de las administraciones, pero me inclino a pensar que es como todo lo que nos prometen estos políticos de tres al cuarto, que se trata de una utopía que no va a llevarnos a ningún lugar determinado.

José Antonio Cabonell Buzzian

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz