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Opinión

Los gobiernos son pasajeros, la policía es eterna

La dimensión y el valor del trabajo de nuestra Policía en Ceuta radica en que pasa prácticamente desapercibida por los ceutíes, pero gracias a su labor preventiva permite rescatar y salvar decenas de personas día a día sin que apenas transcienda, y solo el oportunismo político airea situaciones como las sucedidas en la barrida del Príncipe.

En estos momentos tan volátiles, la relación entre Policía y sociedad está demasiado fragmentada por culpa de dirigentes que no se preocupan de dignificar el trabajo de estos profesionales que se enfrentan con escasos medios a las amenazas y presiones del crimen organizado que se ha instalado en nuestra urbe. A diario ponen en riesgo sus vidas, estando sometidos a un estrés constante con horarios laborales que se hacen interminables haciendo imposible la conciliación de la vida familiar.

No tenemos que obviar que estos agentes no solo tienen que lidiar con delincuentes, también lo hacen con las propias leyes, ya que cuando tienen que actuar con el uso legítimo de la fuerza, la mayoría de las veces no tienen protección alguna ante esta situación de vulnerabilidad.

Muchos trabajos no llevan a sus trabajadores a unos niveles de activación psicológica y emocional tan intensos como los que pueda originar la actividad policial, ya que están sometidos a muchas presiones como son las amenazas terroristas, los episodios de violencia de género, las alteraciones graves del orden público, los intentos de suicidios, catástrofes naturales o los golpes que sufren en determinadas ocasiones realizando sus funciones.

Debemos valorar su trabajo, ya que es fundamental para nuestra sociedad y para cualquier tipo de comunidad. Como sociedad no podemos permitir que sean agredidas sin ninguna consecuencia legal, como está sucediendo en la actualidad, la ausencia de sanciones ejemplares está llevando a una escalada de agresiones violentas y con ello el peligro de que ocurra una desgracia.

El problema de las leyes en nuestro país es que el delito se rebaja a una falta, que desapareció del Código Penal en la reforma del año 2015, y a partir de entonces a delito leve. Si se sigue despachando la agresión de un agente con una sanción económica irrisoria, se les estará dando potestad de seguir agrediendo a sus anchas. Noticias que no van más allá de nuestra ciudad, ya que no trasciende y no sé si es porque no interesa.

A nada deberíamos de temer, porque la Constitución nos ampara, la justicia nos defiende, la Policía nos protege pero si el sistema nos faya estamos perdidos.

Condeno todo acto deleznable contra la integridad y la vida de las personas, dando mi más sincero pésame a los familiares de las personas fallecidas por los tiroteos, deseando también una pronta recuperación a los agentes que sufrieron agresiones.

José Antonio Carbonell Buzzian. Auditor, consultor y asesor de seguridad.

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz