Opinión

Miedo al cambio

Para evolucionar hay que producir cambios. Para crecer hay que romper con etapas evolutivas. Todo lo que significa avanzar es cambiar, de un sitio a otro, de una etapa a otra, de un modo a otro. El cambio es esencial en la vida, y en concreto en las personas.

El problema que nos puede atenazar para este cambio es el "miedo"; el miedo nos neutraliza el deseo de cambiar. Aunque a primera vista pueda parecer ilógico, algunas personas, por mal que se encuentren, a pesar de sus sufrimientos, tienen miedo a emprender un camino de crecimiento personal, es decir, transformarse en lo que verdaderamente están llamados a ser.

El temor a lo desconocido es mayor que su propio sufrimiento. Es más fácil seguir viviendo dentro de su zona de confort que ofrece seguridad. Cambiar significa dejar lo viejo para entrar en una fase totalmente distinta, pero rica en sabiduría, en experiencia y en descubrimiento de nuevos valores que me hacen sentirme mejor persona, más valioso ante mí, ante los demás y ante la vida misma.

La persona humana no está terminada, necesita evolucionar, crecer para descubrir el potencial del que todo ser lleva incorporado. Para ello no hay que temer nada, sino al contrario, es iniciar un camino de desarrollo personal que lo podemos asemejar a la subida de una montaña: la perspectiva cambia, las cosas no se ven igual, se descubren comportamientos, actitudes y aspectos de nuestra vida insospechados hasta ese momento.

Es cierto, que subir una montaña escarpada no es fácil, tiene sus dificultades, hay que ir con buen equipo de montaña, conocer los desniveles, lo abrupto y lo escabroso del terreno. Esto no puede producir miedo a la hora de ir ascendiendo. El "miedo" como sentimiento es necesario para ser precavidos en la marcha, en exceso nos puede paralizar, y estancarnos ante el objetivo final: llegar a la cima, a nuestro objetivo.

Al empezar a trabajar en nuestro interior, es decir, iniciar la escalada, vamos descubriendo en la medida que avanzamos otra dimensión, la vida no es la misma; tomamos conciencia de que estábamos dormidos en otras fases, que, aunque cómodas, nos impedían observar otros panoramas, otra visión de nuestra vida y del mundo, estábamos muy limitados, de ahí que posiblemente los miedos estaban justificados.

Viktor Frankl decía que un enano en los hombros de un gigante, tenía más perspectiva de las cosas que el propio gigante, es decir, que la experiencia de los demás, junto tu avance personal, te pueden llevar desde lo alto, desde tu crecimiento, a paisajes totalmente insospechados donde antes el miedo te impedía conocer.

Miedo y cambio son antagónicos; donde hay miedo no puede haber cambio, y ante el cambio, ante el descubrimiento de tu valía personal, desaparece el miedo excesivo a tener una "buena vida" y a ver el mundo desde una perspectiva de altura.

Miguel Cuartero
Orientador Familiar
Formado en Logoterapia por Asociación Española de Logoterapia Madrid
Teléfono para consultas sobre familia y pérdidas significativas de forma gratuita: 688 935 000
Asociación Viktor Frankl Región de Murcia
Correo electrónico: correo@viktorfranklregiondemurcia.org

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