Opinión

Se busca: consejero de salud: prereriblemente, sin vacunar

Con la que tenemos encima y las ganas de que nos toque el turno de vacunación, todos estamos y con razón con los nervios a flor de piel, pero hay que ser pacientes y saber esperar un poco más.

Las normas están para cumplirlas a rajatabla y no por ser o estar en un lugar privilegiado, algunos creyéndose dioses con privilegios de los cuales el resto del mundo carece, hacen lo que les da la gana. Este ha sido el caso del consejero de Salud de la Región de Murcia, Manuel Villegas que decidió saltarse los protocolos sanitarios, se vacunó cuando no le correspondía junto con su mujer y 400 trabajadores de su misma Consejería y ante el revuelo que se creó, no tuvo más salida que dimitir.

No es el único caso conocido por saltarse el orden de vacunación, alcaldes y algún que otro consejero más no han respetado su turno y han utilizado sus privilegios de políticos, para ponerse la primera dosis de la vacuna. Me refiero al consejero de Salud de la ciudad de Ceuta, el cual se niega a rectificar y no piensa dimitir.

Los grupos prioritarios de vacunación contra la covid-19 son el personal sanitario, ancianos, personas con comorbilidades, hasta llegar al resto de población. Si no perteneces a los primeros puestos, has de esperar a que te toque el turno, como cualquier hijo de vecino y no colarte como si estuvieras en la cola de un supermercado.

Actos como este, son vergonzosos. Creen que están por encima del bien y del mal. Dicen que son sobrantes, vacunas que iban directas a la basura. Dan excusas baratas y nada creíbles. Hay un orden que seguir y personas que sí la necesitan urgentemente están en primera línea de fuego.

Da igual a qué partido pertenezca, si es rojo, azul, naranja o verde. No nos importa. La crítica sería la misma.

Sorprenden y mucho las dimisiones en política porque son bien escasas, pero con la pandemia tan terrible que estamos viviendo no estamos para bromas, así que la del consejero de Murcia era esperada y la de Ceuta, el pueblo está a la espera.  

Ya aguantamos lo suficiente de la clase política sin escrúpulos que nos rodea; nos ocultan la verdad, nos cuentan lo que queremos oír, juegan con nuestras vidas, deciden quien es más prescindible o quien no lo es, en definitiva se creen Dios.

Estamos cansados de que se haya convertido en una profesión con ventajas y beneficios; definitivamente la política es un negocio donde los que entran a formar parte del mismo consideran que pueden campar a sus anchas, olvidando u obviando que están para y por el pueblo; que ese puesto que ostentan conlleva una serie de responsabilidades y obligaciones y como si se tratase de un barco que tripular, el capitán es el último que lo abandona.

"Tus palabras dicen lo que pretendes ser, pero tus acciones dicen lo que realmente eres"

José Antonio Carbonell Buzzian

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