Más allá de las tremendas consecuencias para la vida de las personas, habrá miles que morirán y muchas más que sufrirán el derrumbe de las economías del mundo, debemos pensar, aprender y extraer conclusiones de esta crisis planetaria. La primera y más dura es sobre nuestra fragilidad. Gastamos miles y miles de millones de euros y dólares en seguridad, armas, ejércitos, escudos antinucleares, y un minúsculo virus pone en jaque a la humanidad.
Deberíamos preguntarnos si la repentina aparición del COVID19 es casual y si otros coronavirus tendrán similares efectos sobre las personas en el futuro. No, no creo que sea casual, sino la consecuencia de la depredación y la sobreexplotación de los recursos naturales. Llevamos años alterando nuestro habitat con consecuencias, sobre el clima y la salud. La alteración del clima y la aparición de estos virus son los síntomas de un planeta enfermo. Un planeta muy enfermo que lleva décadas lanzando advertencias ante la inacción del hombre y la mujer. Hemos construido una sociedad globaliza en la que han prevalecido los intereses comerciales y neoliberales sobre la preservación de la biodiversidad, que se destruye a un ritmo exponencial, y por ende sobre la salud de las personas. Lo dice quien es un firme defensor de la globalización, en el más amplio sentido de la palabra. No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos, aquí , en la Región de Murcia, toda la legislación aprobada en los últimos años se ha orientado, con el beneplácito de la mayoría politica, mediática y social, hacia un desarrollismo en el que la protección de los recursos naturales ha quedado relegado por los intereses económicos. Hay quien defiende, publicamente, que el desarrollo no se puede condicionar a la preservación de la biodiversidad. Es decir, pan para hoy y hambre para mañana. Habría que preguntarles a qué modelo de desarrollo se están refiriendo. La pandemia que sufrimos es la consecuencia de pensar y actuar de esta manera. Cambiar nuestra costumbres, la forma de vivir y consumir, anteponer el medio ambiente y la salud de las personas a cualquier otro interés no nos asegura que en el futuro dejemos de sufrir pandemias, la historia de la humanidad está plagada de ellas, pero si que va a disminuir el riesgo significativamente y, sobre todo, va a mejorar la salud de nuestro planeta y la nuestra.
Dentro de unos dias, semanas o meses tendremos una vacuna para combatir el COVID19. Seguro que vamos a superar esta crisis sanitaria y económica (a pesar de las dramáticas consecuencias), pero si no somos capaces de afrontar y superar la crisis ambiental, situaciones como la que ahora vivimos se van a repetir con cada vez mayor frecuencia.
Una crisis es una oportunidad, aprovechemos esta para rectificar, adaptar nuestra forma de vivir al hábitat y no, como hacemos, el hábitat a nuestra forma de vida, porque ese error sería nuestra perdición, la de la humanidad.
Alfonso Martínez Baños