Los niveles de inflación sufrieron una intensa caída en el mes de febrero, de manera que suman ya veintidós meses consecutivos sin registrar tasas positivas. Así, el Índice de Precios de Consumo (IPC) alcanzó una variación anual del -0,9% en la Región de Murcia, una caída similar a la nacional (-0,8%), pero más intensa que la del mes anterior (-0,2%), según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Dos son los factores que más contribuyen a explicar esta evolución. El primero, los precios energéticos. De este modo, el descenso de carburantes (-13,9%) está teniendo una repercusión directa sobre el grupo Transportes (-5,2%), y el de electricidad (-15,1%) sobre gastos asociados a Vivienda (-5,6%). El segundo, la contención de Alimentos y Bebidas no alcohólicas, cuyos precios aumentan (+0,5%), pero a un ritmo bastante inferior al de enero (+1,4%). El resto de grupos se mantienen en cifras moderadas, que oscilan entre el -0,6% de Medicina y el +2,7% de Comunicaciones (tasa esta última que supone un sensible aumento respecto al +1,2% alcanzado en enero).
En consecuencia, si se descuenta el comportamiento de los componentes más volátiles como alimentos no elaborados y energía, se tiene que la denominada inflación subyacente se sitúa en tasas moderadamente alcistas, tanto en la Región de Murcia (+1,1%) como en el conjunto nacional (+1,0%).
En definitiva, el comportamiento persistentemente bajista de los precios se debe en buena parte al componente energético de la cesta de la compra, y por el momento no parece estar distorsionando las dinámicas económicas, empresariales y laborales de la Región de Murcia.
Ahora bien, los bajos niveles de inflación, compartidos en el ámbito regional, nacional y europeo, constituyen un factor clave para entender las medidas recientemente adoptadas por el Banco Central Europeo, que han tenido repercusión directa sobre los mercados financieros, pero cuyos efectos sobre la actividad económica (si los tienen) se harán evidentes solo a medio plazo.