Las Vanguardias artísticas plásticas, ya hace casi dos siglos, causaron una revolución estética que se fue materializando en todas las artes, la última la gastronómica.
Creo que la revolución plástica y estética, que camina al lado del resto de revoluciones: sociales, políticas, culturales, científicas, religiosas, etc., se han ido produciendo, digamos desde hace cinco siglos. Se han ido encabalgando unas a otras, unas en otras. Y, creo que el arte plástico sucedió lo mismo, los precursores son Turner, Goya, Caspar David Friedrich, sobre estos tres nombres, habrá más, que desconozco o se han olvidado o se han tirado las obras, se montaron, con el invento de la fotografía, se creó los impresionismos y con ellos, todas las tendencias que se han ido creando a finales del XIX y principios del veinte, hasta ahora.
Quizás, ahora, han cambiado algunas técnicas, pero seguimos haciendo lo que se hizo en esas vanguardias, algunos las dividen en dos o tres oleadas. Por eso, yo he denominado de “neovanguardia”, dónde se insertan estos dos últimos siglos… Igual que el gótico y románico tiene estilos diversos dentro de esos movimientos, creo que todas las vanguardias de estos dos últimos siglos, hay que denominarlos el periodo de la “vanguardia o el vanguardismo igual que se denomina el barroco o el rococó”. Y, dentro del vanguardismo como estilo y estética y tendencias, insertar las veinte ismos que ahora denominamos: impresionismo, cubismo, surrealismo, expresionismo, etc.
Con base en las artes plásticas se han ido difundiendo todas esas vanguardias y nuevas estéticas, en el resto de las artes, literarias, diseño, moda, teatrales, visuales. Todas, y, todas son todas. En estas últimas décadas también las gastronómicas.
Pero ha sucedido un efecto quizás no previsto, unas artes influyen en otras y las otras en las primeras, se ha producido una especie de ciclo y de manifestación-epifanía de las artes, se combinan entre ellas, se camina hacia el sueño del Arte Total, todo se mezcla con todo –ópera, cine, teatro que son combinaciones de diversas artes…-. Pero también sucede que las artes y los géneros se combinan entre sí. Se crean nuevas técnicas y se hacen nuevas artes, pero a su vez, se vuelven a copiar y plagiar y aplicar ideas unas de otras. El cine influye en la literatura y en la pintura, y, la pintura en la gastronomía y el cine. Y, todas las combinaciones posibles.
Pero además el aumento demográfico, el aumento de riqueza material de la humanidad y otras variables permiten que los saberes se combinan, no se puede hacer arte o casi ninguna arte, no sólo con la observación, sino que hay que saber del resto de las artes, pero también del resto de saberes –ciencias, tecnologías, filosofías, teologías-religiones, culturas en general, etc.-. Es decir, el mar combina los millones moléculas de mil modos a lo largo del tiempo…
Ahora, estamos llegando al final del primer cuarto de siglo del siglo veintiuno. Los años que terminan en cero o los cuartos como este, pues son muy propensos para la reflexión cultural, artística, filosófica, científica, estética, teatral, literaria, musical, gastronómica, etc. Los mil campos en los que el corazón humano deja su impronta. Somos naturaleza, somos naturales pero también somos cultura y también somos “espíritu”, nos diría Hegel, que en definitiva es una traducción, de la filosofía de siglos, que tenemos alma-espíritu inmortal –pero aunque esto no guste oírlo, somos carne y cuerpo, y, psique-mente, y, para más de la mitad de la humanidad presente, tenemos alma-espíritu inmortal, sea en las tradiciones orientales, o, en las occidentales monoteístas…-.
Los expertos y especialistas evalúan cómo ha sido la cultura, en un campo, en estos últimos veinticinco años, en estos diez últimos años, en el último siglo. Y, cada uno con su racionalidad y su entendimiento y su moralidad aporta su solución. Ya llevo dando sombra en esta tierra suficiente tiempo. Y, esto lo he ido viendo década tras década. Y, he ido viendo como los autores diversos, no solo los creadores, sino los interpretadores e intermediarios, tienen mucho que decir, ponen en el pedestal unas obras u otras…
El cuadro pintado tiene muchas firmas: el autor/a, el vendedor-marchante, el crítico-interpretador, el catedrático especializado, el coleccionista-comprador, el museo-retenedor de grandes valores culturales, la administración pública con sus valores y sus finalidades, etc. En última instancia el autor y autoras, a no ser que sea clásico, considerado clásico se va quedando muy pequeño, muy pequeñito en todo el entramado cultural actual y de siempre…
Pero al final, la cultura, sólo se analiza y observa y evalúa lo que se conserva. La realidad es que miles de autores y autoras en cada especialidad, se olvidan, sus obras no se valoran, quizás sea de quinta categoría, pero quizás, si tendrían valor como documentos, para sus regiones, para sus provincias… Se dice que de la generación del 98 y la del catorce o la del veintisiete, que se preparan ya efemérides, hubo decenas de autores y autoras en diversas artes y saberes, que se han olvidado. Que nunca se recuperan…
¡Ahora que se está evaluando a los grandes acontecimientos culturales de este primer cuarto del siglo veintiuno, me gustaría que alguien buscase modos y maneras, para que esos miles de autores y autoras de segunda o quinta categoría, sus obras permaneciesen, al menos las de papel, al menos de forma virtual, creo que se lo merecen, personas que han estado trabajando en la cultura, veinte o cuarenta o sesenta años…! ¡Creo que no es justo que años de trabajo y cientos y miles de obras se pierdan, destruyan deterioren, aunque sean autores y autoras de tercera categoría…!
¡Creo que no es racional, no es equitativo, no es moral, para una sociedad del siglo veintiuno, por eso se dice que los autores de las artes son como los proletarios del siglo diecinueve en Europa…!