La primera gran biblioteca filosófica sistemática de Occidente fue la de Aristóteles. Fue organizada con criterios que la convirtieron en un depósito de obras científicas y filosóficas. A lo largo de los años, el Estagirita reunió numerosos rollos con textos filosóficos de diversas ciencias: biología, medicina, política, retórica, lógica, botánica, zoología, etcétera. Constaba, según se cree, de miles de rollos y era el fundamento material para las investigaciones y escritos de Aristóteles. Fue de los primeros que poseyó una biblioteca personal extensa en su época. Su colección incluía obras de los presocráticos, los sofistas y también de médicos, etcétera. Esto le permitió analizar, comparar y clasificar el conocimiento producido por otros filósofos, matemáticos, astrónomos, geómetras, físicos, inventores y naturalistas. El laboratorio teórico de este gran pensador era su biblioteca, ya que podía revisar y consultar numerosos textos para analizar los argumentos de los mismos. También realizaba comentarios y críticas. Además, el archivo de datos empíricos que conformaba su numerosa colección de rollos le servía para elaborar sus obras biológicas y las recopilaciones de observaciones de todo tipo. Le eran muy útiles las informaciones que podía reunir, no solo las de sus propias investigaciones empíricas, sino también las que ya tenía en sus rollos o libros. Con la finalidad de establecer sus propias teorías acerca de numerosas cuestiones relacionadas con temas zoológicos, biológicos y de otras disciplinas de conocimiento. Aristóteles describió unas 150 especies marinas, muchas de ellas con enorme precisión, que después de su muerte se creyeron míticas o mal identificadas y que la biología actual ha confirmado como reales. Lo relativo a la división entre animales vertebrados e invertebrados fue realizada por este gran hombre de ciencia. Aristóteles realizó disecciones de numerosos animales muertos, pero no de cadáveres humanos. Hizo vivisecciones de peces y de algunos invertebrados para conocer su anatomía interna. Todas estas investigaciones las plasmó en su obra Sobre las partes de los animales. Como ejemplo de las dimensiones de los rollos en comparación con un libro actual: su libro Ética a Nicómaco, dedicado a su hijo, constaba de tres o cuatro rollos, según el tamaño de letra y otras características de la edición.
Su colección de rollos le sirvió también como herramienta pedagógica. Cuando fundó el Liceo en Atenas en el año 335 a.C., se convirtió en un centro de conocimiento, una “universidad” dedicada a la ciencia y a la filosofía. Sus estudiantes más avanzados podían leer y consultar los rollos de la gran biblioteca que eran propiedad privada del Estagirita.
Sus alumnos más brillantes podían leer rollos en el propio recinto del Liceo. También podían copiar extractos, trabajar con textos para la preparación de lecciones o tratados y comparar obras de otros filósofos y científicos. En el Liceo se producía investigación colectiva, algo irrealizable en aquellos tiempos sin consulta documental. Los estudiantes principiantes no consultaban directamente los rollos. De todos modos, recibían de algún estudiante avanzado o del mismo Aristóteles el contenido de rollos, a través de lecturas o de resúmenes y comentarios de los mismos. Podían escuchar lecciones basadas en los textos. Se hacía de esta forma, porque muchos rollos eran frágiles y únicos. Además, la biblioteca de Aristóteles no disponía de copias múltiples de los rollos. El uso de estos libros estaba orientado a la investigación y no a la formación básica.
En cuanto a los discípulos avanzados podían copiar rollos para uso interno en el Liceo o para otros estudiantes, redactar notas o comentarios, ordenar textos o clasificarlos y también añadir observaciones de campo y recopilaciones empíricas u observacionales, que servían para biología, medicina, zoología, botánica, etcétera. Teofrasto, filósofo y botánico, sucedió a su amigo Aristóteles como director del Liceo tras la muerte de este.
Los rollos no se prestaban para poder llevárselos fuera del Liceo. La razón es clara y contundente eran custodiados como material extremadamente valioso. Se podían consultar con supervisión dentro de esta especie de universidad filosófica y científica que fue el Liceo.
Había un espacio dedicado a la lectura en esta institución dedicada al conocimiento. Era un complejo grande, con jardines, peristilos y salas. Se han encontrado los restos arqueológicos del Liceo actualmente en la calle Rigillis de Atenas. Se pueden ver los cimientos, los muros, y la palestra.
Se puede afirmar que Aristóteles consideró que la filosofía es una ciencia acumulativa, y su biblioteca expresa la verdad de su planteamiento. El conocimiento surge del estudio de lo anterior. Fue un científico y un filósofo realista que no aceptaba el idealismo platónico ni su dualismo ontológico. Según el Estagirita el mundo inteligible no existe. Solo es real lo que se puede percibir: el mundo material o sensible. El estilo de escritura de Platón influyó notablemente en la forma de escribir de Aristóteles durante su juventud. La biblioteca de Aristóteles sirvió de modelo para la de Alejandría, que también intentó reunir y clasificar todo el conocimiento de su tiempo, reservando un lugar privilegiado a los rollos del brillante discípulo de Platón. El extraordinario valor de los libros quedó establecido de manera definitiva.