Opinión

Los vigilantes de seguridad, en primera línea y desprotegidos

La seguridad privada desempeña cada vez un papel más importante en nuestra sociedad. Sin embargo, para poder cumplir con sus funciones de manera efectiva y segura es necesario equipar a estos profesionales con las herramientas adecuadas. Como, por ejemplo, la implementación de cámaras corporales, esto representaría un paso fundamental hacia una seguridad privada mas profesional, transparente y eficaz.

Este paso generalizado de implementar cámaras corporales en la seguridad privada, plantea una serie de desafíos legales y regulatorios que la Unidad Central de Seguridad Privada debería abordar. Lo principal pasa por la creación de un marco legal específico, inexistente en muchos países. Abordar la protección de grabación de imágenes y sonidos, implica el tratamiento de datos personales, lo que requeriría del cumplimiento de las normativas de protección de datos.

Para poder dar este paso tan importante, las empresas de seguridad privada tendrían un papel fundamental en promocionar el uso responsable de estas cámaras corporales.

Es imprescindible formar a sus empleados sobre el uso de estos dispositivos, la protección de datos y los derechos de los ciudadanos.

En segundo lugar, establecer protocolos internos sobre el uso, almacenamiento y destrucción de las grabaciones.

También, colaborar con la fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en la investigación de incidencias.

Y finalmente, crear una autoridad de control independiente encargada de supervisar el cumplimiento de la normativa, esto es fundamental.

El uso de estos dispositivos se está implementando en varios países pioneros, entre los que se encuentra Estados Unidos, muchos de sus estados han legislado sobre el uso de estas cámaras corporales para la policía, esta tendencia también se está extendiendo a la seguridad privada, especialmente en sectores como la seguridad en eventos, centros comerciales y transporte público.

Reino Unido es otro país pionero en la implementación de estos dispositivos para sus policías, extendiéndolos a su vez a la seguridad privada.

Australia ha experimentado un crecimiento significativo del uso de estas cámaras corporales, tanto en el sector público como en el privado.

Los beneficios observados con la implementación de estos dispositivos, ha actuado como disuasivo, reduciendo el número de incidentes violentos y el uso de la fuerza por parte de los agentes de seguridad.

La grabación de las cámaras, proporcionan una evidencia objetiva de lo ocurrido, lo que aumenta la transparencia y la rendición de cuentas.

Las cámaras pueden servir como prueba en caso de acusaciones falsas contra estos profesionales.

En conclusión, la experiencia en otros países con el uso de estos dispositivos demuestra que pueden ser una herramienta eficaz para mejorar la seguridad, la transparencia y la rendición de cuentas. Sin embargo, es fundamental abordar los desafíos legales, técnicos y sociales que plantea esta tecnología para poder garantizar su implementación con éxito.

José Antonio Carbonell Buzzian. Auditor, consultor y asesor de seguridad

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