Opinión

Sobre concursos de artículos periodísticos de opinión

Dicen, que el género del columnismo periodístico es de los más abiertos, con una firma, alguien trata cualquier tema, la sociedad, los equipos directivos y el público permiten esa libertad.

Y, esto es totalmente cierto y medianamente erróneo. Ningún articulista toca todos los temas, ni del mismo modo o proyección, no porque los equipos directivos y promotores no se lo permitan o los gobiernos, sino por mil razones. Existen distintas variables y dimensiones y perspectivas, lo que se denomina moderación moral y cognoscitiva, o, más fácilmente, grados de autocensura y heterocensura, -que puede ser social, de grupos sociales, de mil motivos y razones, y, no necesariamente solo por parte del Estado-. Cierto no es lo mismo publicar en Europa, que es el reino de la mayor libertad, al menos en estos temas, que hacerlo en otros países, que no mencionaré…

Pero de todas formas, ningún oficio o profesión les gusta, que les indiquen que tienen algunas manchas y algunas obscuras o semiobscuras… pardas o negruzcas o muchas grisáceas. Por tanto, este modesto artículo tratará algunos aspectos de los premios y concursos sobre articulismo en nuestra sociedad. No digo, que todo sea verdad, ni que todo se aplicable a todos, pero diríamos, es lo que se suele indicar entre los profesionales, pagados o no pagados, del gremio… por tanto, indicaré algunos aspectos… -llamo profesionales, aquellas personas, que publican un artículo o dos semanales, y, llevan al menos tres o cinco años, se les pague en dinero o no…-.

Uno, de ellos, es que algunos premios, en las bases ya indican, que prefieren artículos que hayan sido publicados en periódicos de cierta audiencia. Con lo cual, cientos de articulistas, que pueden llevar un año o diez años, poniendo en ojos de otros, sus textos, tienen pocas posibilidades, por esa razón.

Otros, se indican y se saben, que está dirigido a periodistas profesionales, es decir, o lleven décadas en el oficio, o, tengan titulaciones oficiales en dicho ramo. Por lo cual, ocurre también, que alguien que lleve haciendo un año o treinta su artículo semanal, pues quizás, quede reducido y olvidado a los finalistas, a esos diez últimos, pero nunca le llegará el premio…

Aquellos indican, que el premio equis da prestigio al autor que lo recibe, pero que ese concurso y la entidad que lo organiza, también quiere ponerse medallas, por tanto, tienen que otorgárselo a personas que se crean tienen suficiente prestigio y nombre, y, que pueda seguirlo teniendo en el futuro…

Otros indican, que los comités de selección, suelen estar construidos por personas del ramo, y, por tanto, conocen a todos los que están en esa piscina, y, es muy difícil, no dárselo a un colega, que al final, han estudiado con ellos, toman cafés con ellos, que lo ven de vez en cuando, que pueden recibir saludos mutuos, y, no dárselo a alguien, que está metido en el pozo del mundo, que apenas nadie lo conoce, y, nadie lo avala, ni ideología o grupo ideológico, ni mentores, de ninguna clase… ¡Nadie se ofenda, porque a nadie desea ofenderse…!

Algunos premios, se cierran la posibilidad de artículos y textos escritos hasta tal fecha, y, la entrega del material o textos, es un mes o tres meses después, por lo cual, si es del año anterior, ya tenían que haberlo tenido publicado. Si se cierra, a última hora, se pueden escribir hasta la última semana. Aquí, algunos indican, que si los encargados de las selecciones de premios, dicen, no lo digo yo, se dice en la calle, algo así sucede también en algunos premios de novela, se indica que suenan los teléfonos y se mueve y conmueve y aconseja si alguien con XZN, nombre y apellidos, que redacte un artículo que quedan dos semanas, y, después lo presente…

Algunos otros premios son tan específicos, que a uno le da la sensación, que son ya casi para especialistas y expertos. Por tanto, en general, los articulistas que tratan temas generales, raramente, pueden llegar a la profundidad y esencialidad de esa materia, no pondré nombres. Estoy de acuerdo que se realicen concursos de temas concretos, así se puede seguir profundizando, sean de ciudades, sean de oficios o de profesiones, sean de sectores sociales o económicos, o de regiones o provincias. No tengo nada en contra. Pero claro está, tampoco podemos negar su limitación… Con lo cual, un articulista general de opinión, no puede competir, palabra que me desagrada, con un articulista experto en esos temas, esos que llaman de análisis o de datos o anglosajones…

Bueno, hay otros tipos y clases y variedades, pero tenemos que terminar la faena de este toro, porque las palabras mandan, sobretodo el número. Pues ocurre, que pueden existir articulistas de opinión literarios, que llevan varios años haciendo esta labor, pongamos el caso una decena y más, que son profesionales, en cuanto publican cada semana uno o dos, que no cobran dinero, que han publicado ya unos cientos, que llevan años presentándose a concursos y premios, y, generalmente, no son periodistas profesionales con titulación, y, que publican en medios que llaman de menor audiencia, y, que no tienen mentores o no tienen padrinos, que “nunca llegan a recibir una oreja a la faena, menos dos orejas y el rabo…”. Con lo cual, se van desanimando y van dejando de enviar artículos a concursos…

Siempre, desde los griegos de Atenas, los concursos y festivales, era para descubrir, nuevos nombres y nuevas obras. Quizás, no deberíamos olvidar esto. Quizás, un articulista que está dentro de periódicos o medios provinciales de modesta audiencia. Y, están esperando que un medio nacional o varios regionales de esos grupos mediáticos, se fijen en la tinta de su pluma. Pero eso, quizás sea un milagro de esos seculares o seglares…

Por eso, se indica, que el gran bombazo sería, cuando un Premio Nóbel de algún año, se lo diesen a un escritor o escritora, que lleva treinta o cuarenta años, publicando en ediciones modestas, en Internet, y, semejantes, pero que los grandes sellos editoriales, no se hayan fijado, por eso se dice, que si eso una vez ocurre, el Premio Nobel alcanzaría un enorme prestigio, porque sería evidente, su racionalidad y su búsqueda del talento.

Y, por cierto no hagan que presentarse a los premios tan difíciles, no todo el mundo sabe de informática, háganlos sencillos y fáciles y simples, un simple correo, es un trámite y papel, con cierto grado de oficialidad… solo es necesario enviar un correo, y, dentro el artículo y los datos del articulista… Háganlo sencillo y fácil, por favor…

Por eso, se dice, que si alguna vez, de vez en cuando, esos Premios o Concursos sobre el articulismo y columnismo de opinión, descubrieran a algún nombre, olvidado en provincias o en barrios de grandes ciudades, sería una alegría para el periodismo. Una demostración de que está más vivo de lo que parece, que tiene más salud. Pero eso, es lo que piensan mucho en la calle, que no se atreven a escribirlo. Yo, lo hago, porque me faltan algunos tornillos, pero no quiero ofender a nadie… Paz social y paz del corazón y bien…

Noticias de Opinión

Por María Beatriz Muñoz Ruiz