Opinión

"Sobre el fracaso"

Todo el mundo siente, en mayor o menor grado, en más o en menos temas un fracaso, una frustración ante un objeto o ideal que no (se) ha conseguido.

Puede ser un fracaso económico, afectivo, social, familiar o de todas las clases o combinaciones que usted o ustedes se acuerden, viéndose a sí mismos, viendo a los cercanos, viendo a los lejanos… Podríamos expresar que todo el mundo lleva su historia del fracaso. No hay nadie, que no haya abierto una sonrisa en su vida, ni nadie que no haya llorado alguna vez en su existencia, ni nadie que no haya sentido un éxito, ni nadie que no haya sufrido un fracaso. La realidad es que la vida es la suma de éxitos y fracasos, de alegrías y tristezas, de sonrisas y lloros, -lloros con lágrimas o sin ellas-.

Quizás, la máxima ética moral, sería encontrar métodos, suficientemente buenos instrumentalmente, buenos moralmente, buenos espiritualmente, verídicos y verdaderos y bellos y racionales y prudentes, que hiciesen o permitiesen disminuir el sufrimiento-pena-angustia-dolor, en uno mismo, y no provocarlo en los otros. Se olvida a veces, demasiadas veces, que la “moral es no hacerse daño a si mismo”, y, al mismo tiempo “no hacer daño al otro”. No es solo hacer bien al otro, sino hacerse bien a si mismo, de forma legal, moral, y correcta espiritualmente y, después hacer bien al otro –bien prudente, racional, legal, equitativo, ajustado…-.

Pero al mismo tiempo y antes, no es solo hacer bien al otro, sino al menos no hacer mal al otro. No es solo hacer bien al otro, sino hacerse bien a si mismo con equidad, libertad, buena voluntad, sentido común, prudencia, situación, circunstancia… -no hacerse mal a si mismo-. Combinar el bien de uno mismo racional y moral y verídico y verdadero y bondadoso con el bien del otro, que sea moral, legal, equitativo, correcto, prudente… -Las fórmulas éticas son más complejas que la teoría del todo en la Física, que todavía no han encontrado-.

Paseando y repaseando y buscando y rebuscando por la bodega de Internet me he encontrado con esta noticia-información-libro, según el cual, en un artículo-crónica-reportaje de El Mundo, firmado por Ricardo F. Colmenero, el 25 de febrero del 2023, nos expresa que se ha creado un movimiento, con un manual-libro de instrucciones denominado FuckUp Nights, un movimiento que se creó en 2012, y que habla del fracaso, de las experiencias de personas concretas con el fracaso, de fracasos personales, de fracasos, diríamos vitales-biográficos-existenciales-vivenciales. Un movimiento que va impartiendo conferencias por el mundo.

Un artículo periodístico de opinión, no es un artículo académico, ni siquiera es un artículo de/para expertos, sino que es una ensalada mixta de toda una serie de productos/bienes/ideas/conceptos/noticias. Explico este aserto y enunciado, para que el lector-a, sea consciente, que una columna de opinión es eso, una mezcla de todo. No es un artículo académico y universitario, se pueden citar algunas ideas de ciencia psicológica, de sociología, economía, política, cultura, religión, teología, historia, cultura, espiritualidad, literatura, arte, etc. Pero no se llena todo él, de enunciados y axiomas y argumentos y experimentos… Con lo cual, no podrá usted buscar en un artículo de opinión literario lo que no le puede ofrecer.

Pero si, le puede mostrar un trozo de realidad, algunos conceptos tomados de la experiencia de la vida, individual y colectiva, algunas ideas de algunos saberes ortodoxos, y, quizás, un cocido-paella-cóctel de distintas ideas-sugerencias-experiencias-vivencias-aciertos-errores. No es la intención de este articulista en concreto, que usted pierda cinco minutos de su existir-vivir en leer, ochocientas/mil palabras y, no le sirvan de nada. Desea, que con este tema, y con otros, le sirva, como un pequeño viento de perfume de rosas, o un pequeño trozo de esperanza, o un pequeño sentido de aliviarse un poco por dentro. No solo, se expresan conocimientos conceptuales, sino conocimiento de y para la voluntad/afectividad, conocimientos para intentar sosegar su mente y algo su alma, y, algo su carne, y, algo sus ojos…

Opino que ante la frustración-fracaso-sufrimiento-pena-angustia, hay que no perder la calma y la esperanza, en la medida que se pueda. No realizar actos que te puedan traer más problemas. Analizar en la medida de lo posible, la situación. No perder la esperanza en ningún sentido. Sentir que debajo del huracán todo es negro y todo son litros de agua que te rompen el rostro, pero que la tormenta y tifón y huracán se irá pasando. Y, entonces, tendrás que ir tomando la respuesta adecuada. No infravalorar el sufrimiento, ni el fracaso, ni la frustración. Pero buscar la solución adecuada. Quizás, tendrás que consultar a especialistas y expertos en la materia, que sean académicos y con títulos oficiales. No te dejes engañar por tantos embaucadores y mentirosos y manipulares que quieren tu poco dinero o tu poca esperanza o quién sabe, si tu carne también…

Un artículo periodístico es difícil. Se deja un escribidor muchos flecos y posibilidades, muchos potenciales caminos y no se pueden desenredar todos los nudos, entre otras, porque el escribiente también ha sentido el fracaso. Y, no sabe muchas veces, cómo salir de él o de ellos. Le contaré uno, quizás le sosiegue: ¿Alguien puede sentir y desear, escribir y publicar artículos para la prensa nacional, es un sueño, que nunca se ha cumplido…? ¿Dirá usted que eso no es comparable con otros fracasos…? ¿Pero ese escribiente también ha padecido otros fracasos y dolores y angustias y frustraciones y como usted los lleva encerrado en el desierto-vergel de su intimidad…?

La fórmula es antigua, después de la noche siempre viene el día, aunque tarde muchos meses… después de la noche siempre viene el sol, aunque sea con alguna niebla y nube y tormenta, pero siempre sale el sol. Es la esperanza y la espera de la esperanza, la que hace nacer el sol… 

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz