Opinión

Murcia: señas de identidad

A 24 días del 28N, algunos listillos de la Asamblea Regional Murciana, sin fundamentos ni estudios que lo ratifiquen, bocean desmadrados que la identidad murciana anda alrededor de los paparajotes, las marineras, el zarangollo, el asiático u otras exquisiteces. Nada más lejos de la realidad. Sin duda, las grandes señas de identidad vienen siendo a lo largo de los cuarenta años pasados, de la mano de azules y rojos: la paciencia y la generosidad de sus gentes en dar un auténtico estirón en los tiempos que nos han tocado vivir. Paciencia: ya que los Gobiernos Centrales de los principales bandos que hemos tenido nos han dejado más secos que una mojama. Los sucesivos Gobiernos Regionales no se han quedado atrás. Su obsesión ha ido alrededor de seguir viviendo en una región aldeana sin propósitos, de no ser algo grande y hermoso. Mientras, sus gentes, generosas y aguerridas, han ido saliendo a flote por su búsqueda incansable de mejorar, de estar allí en el momento preciso, de darse a conocer, de hacer mostrar su valía.

Me preguntaba si a lo largo de estos cuarenta años, diputados y senadores de nuestra Región nos han traído alguna vez "buenas nuevas de la capital" a estas tierras o, más bien, han sido auténticos vasallos de sus partidos, pero no de su región. Ha llegado la hora de despegar, de despertar y no seguir aletargados, año tras año y, como claro ejemplo, montándonos en trenes regionales vomitivos ante ciudades españolas con menos población y que son allí despertares ante los murcianos que nos acercamos.

Ante las grandes hazañas de un pueblo generoso, por ejemplo, en donación de órganos o poseer de los mejores potenciales españoles agroalimentarios, como agradecimiento obtenemos la indiferencia y la falta de ayuda hacia este cruce de caminos del Mediterráneo que ambos Gobiernos, Central y Regional, no saben o no desean que saltemos a los espacios que nos merecemos. Sanidad, Educación, Familia, Pobreza Severa e Industria son asuntos de primera índole. Si a ello le añadiésemos la incorporación de la Región a los grandes ejes ferroviarios hasta es posible que, el salto de calidad se notase en los puntos que obtendríamos por encima de la media nacional.

Tenemos claro que La Manga, Caravaca y Cartagena han subido algunos peldaños pero, ahí siguen Calasparra, Totana, Lorca y otras muchas más a las que nadie les hace un guiño. La despoblación sigue su hoja de ruta, la cultura novelística y poética de nuestros jóvenes sigue al arrastre, el nivel de obras en teatro anima a la mediocridad, la carretera tercermundista de Beniaján a Los Ramos al igual que en tiempos de nuestros bisabuelos y ,de las pedanías murcianas mejor no hablar. Vayan ustedes un día de estos a la Orilla de la Azarbe, en torno al Esparragal y comprueben. Todo un despropósito de políticas públicas.

Decía antes que es la hora de despegar, es la hora de remangarse los puños y currar, es la hora que nuestros murcianos que ganen para el congreso y senado nacional realicen de veras y si al año no han hecho nada, que vuelvan y a plantar lechugas. Un buen repaso de pintura a nuestros pueblos, ponerlos guapos y elegantes, industrias que den vida, calzadas como Dios manda y, transportes urbanos que estén a la altura de las circunstancias. Por último y, no por ello menos importante, nuestros mayores. ¿Hasta cuándo van a seguir pagando en los medios de transporte regionales? Vayan Ustedes al resto de provincias españolas. Empiecen ustedes por la provincia de Alicante. No deseo dejarme en el tintero al mundo de los investigadores. De ello daría para mucho más.

Nuestras señas de Identidad, tal cual, son la sequia mental de nuestros gobernantes en torno a una población que ya está hasta las narices de tantas sequias y primas hermanas y, aún, así, seguiremos resistiendo. Estas son nuestras señas de identidad.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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