Opinión

Ser auténticos

Ser auténticos y sin doble perfil son excelentes presagios de tener gente a tu lado que merezca la pena. Tener amigos o compañeros de camino que rezumen virtudes y valores por los cuatro costados no es fácil y más con la consigna que desde hace unos años rellena nuestros sentidos: "sé tú mismo". El dicho que acabamos de comentar, el "sé tú mismo", lo llevamos años escuchándolo y la cultura popular invita con bastante frecuencia a que lo vivan nuestros jóvenes y menos jóvenes. ¿Pero tenemos libertad para ser nosotros mismos? La verdad es que nos vienen presiones por todos lados. En las redes sociales algo se puede hacer si no te censuran, pero en la práctica, así de claro, abundan las imitaciones, los postureos y todo aquello que aflora cada día en un mundo que ayer fue amarillo y hoy es carmesí. Desde hace años cada momento corre mucho más que un mes en los tiempos de nuestros padres.

Existen otros momentos de ser auténticos a la hora de desear reducir la cuestión a la identidad. ¿quién eres? ¿quiénes somos? Una vez más, el mundo mediático nos encarrila a definirnos como "lo normativo" o "lo binario"; me explico, a deconstruir la diferencia femenino-masculino y abrazar con empeño la fluidez de género. Por otro lado, también observamos a famosos que nos animan a descubrir nuestra esencia buscando en nuestros sentimentalismos, tema que se las trae como único camino, en vez de que nuestra esencia, como la buena agua que discurre por su caudal, lleva en su camino a la inteligencia y voluntad. Nuestro camino es como aquella canción que nos ha tocado profundamente el corazón y que deberíamos ser capaces de escucharla y saber discernir cuándo habla aquel y cuándo hablan tu cabeza y tu misma personalidad. Dejarse llevar por el mundo de los sentimentalismo ten por seguro un resbalón de cuidado.

Del "sé tú mismo" también nos pueden venir otros aires alíseos pletos de emotividades: sueños, pasiones, vivir la vida de manera excitante e incluso las tristes realidades del día a día. Son muchos los que se afanan en creer que la vida es solo levantarse cada mañana, salir a trabajar, cuidar de la familia y tantas otras. ¡ Ya es! Pero nuestro trabajo, al menos algunos pensamos así, como seres humanos va en torno a descubrir quiénes somos cada uno y por qué estoy aquí. ¡Manuda reflexión! Frente a todo esto, algunos opinamos respecto a los jóvenes y menos jóvenes hemos de invitar a muchos en perseguir sus sueños con la vista puesta tanto en las grandes cuestiones de la vida y después de ella como en las pequeñas cuestiones del día a día. Unos ejemplos: ¿De quién o de qué soy responsable hoy? ¿Cómo puedo emplear hoy bien mi tiempo? ¿Qué debo hacer en tal situación? ¿Cómo puedo trata a fulanito o menganito con la educación y la dignidad que se merece? Cuestiones como estas nos ayudan a descubrir nuestra única misión en la vida por la que ando hoy.

¿Es posible que haya llegado a pensar sobre mí que, aquí en la tierra me basto y me sobro yo? El hoy día, ser uno mismo anda bastante lejos del embellecedor ideal que perfilaba un buen pensador llamado Charles Taylor en su libro La ética de la autenticidad. Algunos se lamentan que el consejo "sé tú mismo" haya llegado a significar "llega a ser el que eres". Píndaro, un gran poeta de la Grecia antigua, animaba a buscar lo mejor de nosotros a través de nuestro autoconocimiento y ejercitar grandes virtudes como la verdad, justicia, prudencia o sinceridad. El "sé tú mismo" de hoy no tiene que ver con lo que nuestros ancestros opinaban y así, la idea de que todo en mí, sea bueno, malo o vete a saber, todo ello es valioso por el hecho de ser mío. Craso error. Si no tengo nada que mejorar ni que aprender de los demás, nadie tiene derecho a sugerirme cambios en mi forma de pensar y de vivir. Y en ese "los demás" van incluidos desde nuestros padres, profesores o los amigotes, los grandes libros de literatura y por supuesto de pensamiento.

Esta manera de funcionar convierte el mundo relativista y el culto a la diversidad en valores civiles innegociables: nadie puede decir o gritar que existen ideas o maneras de vivir "unas mejores que otras". El solo hecho de decir que "yo lo veo así" o "yo lo siento así", ya nos lo dice todo.

No sería el primero en escuchar algo que me inquieta: "hoy no basta con ser personas corrientes; hemos de sobresalir en algo y mostrar al mundo las cualidades especiales que nos hacen diferentes, únicos". Estamos ante un nuevo escalón que saltar: " cada día que pasa, como en la moda, existe una presión hacia lo nuevo y lo novedoso; lo que era único un día, puede ser un lugar común al día siguiente. Incluso si logras una buena actuación, debes ser flexible y estar preparado para reinventar tu diferencia. Siempre existe el peligro de pasar inadvertido". Más aún, el reconocimiento de la propia valía queda en manos de los demás: son los otros quienes me otorgan valor y los que nos conceden el deseado status social de persona única y singular. Cabe cuestionarse si esta idea de la autenticidad puede estar contribuyendo al auge de los retos extremos en más de uno. La presión es fortísima, pues ser un tipo del montón es señal de fracaso".

Con tales reglas , no tenemos difícil imaginar dónde queda la autoestima de tantos jóvenes, de tantos mayores. Son muchos los que prefieren ser especiales a ser felices.

En costas muy lejanas de los planteamientos citados anteriormente, el ser auténticos, debe recorrer un camino inverso para sentirnos de una manera especial: "para lograr un mayor aprecio al juicio de nosotros mismos que al juicio de los demás". Aunque nos duela, por humildad y sinceridad para con nosotros mismos , así de "fuerte": renunciar a ser perfectos, a ser ideales.

Nos hemos forjado u otros nos han dispuesto por nosotros a caminar por esa autopista de pago, y empezar de forma condicional al yo real, y no excluye el esfuerzo por cambiar lo que de manera ordenada puedo cambiar. De esta forma última, el "yo" sí busca una mejor versión de mí mismo, a través del cultivo de la reflexión, del saber y de las virtudes que hablaba Píndaro, pero también aprendemos a aceptarnos, a ver lo positivo de nosotros mismos y no a sentir vergüenza por ser quiénes somos. Planteamientos como estos nos ayudarán a reformular el ideal de la autenticidad en términos más confortables y mucho más dignos.

Este es el pensamiento sobre autenticidad que lleva adelante nuestro gran equipo de políticos para la ciudad y pedanías de Murcia que respalda nuestro Alcalde electo D. Tayron Alcivar en VALORES.

SECRETARIA NACIONAL DE FORMACIÓN, ESTUDIOS Y PROYECTOS.

Noticias de Opinión

""Comience por volver la paz a nuestro hogar, lo que conlleva considerarse y quererse, para ser los inventores de la reconciliación de uno consigo mismo""