Opinión

Los 5 magníficos

Hace año y medio que todos los miércoles, 5 locos de atar se reúnen desde las 17,30 hasta las 19,00 horas por videoconferencia. Cada uno de ellos representa a un partido político nacional de una zona de España: País Vasco, Cataluña, Madrid y Murcia, más aún, junto a ellos otro loco del Sur de España que en la medida que puede, a veces directa y otras indirectamente pone su granito de arena como Coordinador de la Plataforma Cristianos en Democracia. ¿Qué es lo que les une? Presentarse a las elecciones europeas en el 2024, posibilidad de las Nacionales del 2023, siendo partidos políticos de corte humanista cristianos. Todos ellos están abiertos a todos aquellos partidos que al menos, sus puntos clave como: familia, vida, justicia social, bien común y libertad sean las grandes puntas de lanza entre otras. El tema marcha y, aunque son partidos pequeños, tienen la fuerza de un auténtico volcán. Tiempo al tiempo.

En el abanico de partidos políticos representados en el Congreso y otros que no están por ahora, comentan estos 5 "cautivadores" que, "ni por el forro" tienen algo en común con ellos, ya que no existe partido que represente a los objetivos marcados por este mundo apasionante del que les hablo según me he informado. No vemos "salsa de la buena" desde los actuales, pero sí, algo que huele a…. pero nada. Más: "tintos de verano" con años de -quita y ponte- frente a grandes Reservas que van surgiendo como setas".

Es posible que tales "magníficos" lo tengan crudo, les vengan sonrisas de doble giro o algunos dichos sobre ingenuidad o dónde vais, pero lo que sí es cierto es que son muchos los que no votan o lo hacen al "menos malo". Piensen por un momento que la abstención de voto en Andalucía gira en torno al 40% en los últimos años y ello habla por sí solo también a nivel nacional. A mucha honra y sin crear recelos, nos hablan de su marca registrada, lo que se suele considerarse como "denominación de origen", es decir, la calidad que llevan en sus propuestas y la índole del personal que los lidera, currando de lo lindo en estas batallas culturales, donde sus excelsas "barricas bordelesas" están plenas de las debidas y gratas producciones que están elaborando en esta "zona geográfica política" y que aúpan un concepto que el resto no puede proclamarse ni apropiarse de ello: cristiano, donde para lucirse de ser cofrade de tal vocablo se necesitan muchas agallas en pleno posmodernismo, relativismo e ignorantismo, tanto desde su vida privada como en la pública (aquí, en principio, no se ven personas de doble vida). De hecho, algo que les entusiasma de lleno es el trípode : verdad, bien, belleza, que dice mucho más de lo que podemos imaginar.

Lo mejor de todo: sentirse aplaudidos por personas de las llamadas "derechas", "izquierdas" y "centro", ya que desde estos partidos de corte "humanista cristiano", situados en ninguno de tales alberos , opinan que para buscar el bien común de los ciudadanos, para que de una vez por todas se sientan oídos y vayan sus propuestas adelante son pocos , buenos e ingeniosos puntos los que se deben trabajar. Estos políticos "del humanismo cristiano" no vienen a quitarle a otros partidos nada, vienen a sumar y que sean cada vez más las personas que se vean representadas en una abanico pleno de modos de llevar la política adelante. Ellos mismos son los primeros en llegar a la política y no servirse de ella. Son muchos los años que llevan a cuestas su prestigio profesional y cotizando a la Seguridad Social lo que ello conlleva, cosa que otros no pueden decir, ya que van mamando de "tales astucias" desde bien jóvenes y saben del trabajo serio lo mismo que un candil junto a los grandes focos de un plató televisivo . En esta vida no es todo azul o rojos, como se suele decir, "existen muchas gamas de grises" que tienen algo que declarar y ser escuchados. Lo bueno de todo esto , a fecha de mayo 2022. Es que ya "existe más de un partido de los de siempre" que anda algo nervioso por la salida al ruedo de este grupo cuya insignia es la "honradez y la verdad", muy propias, como verán del espíritu cristiano.

No esperen que huelan a sacristías, todo lo contrario, miren a sus ojos, miren su ejemplo diario en el trabajo y para con su familia, escúchenles con un cafecito por medio y observen el aroma de alegría que dejan al no portar recovecos algunos y, están siendo otros más que locos, por nosotros, por ustedes, de los que se echan la manta a la cabeza, se complican la vida y no se quedan en casa aburguesados diciendo "esto o aquello". Ha llegado la hora de cerrar la boca a todos aquellos que, desean separar la dimensión cristiana a asunto privado y, disgregar de forma antinatural la vida de este personal tan merecedor de su valía al resto de magnitudes de la vida humana que nos rodea. Es posible que alguna vez se lleven algún pelotazo de envidia por parte de otros, creyéndose que la tarta solo les corresponde a unos cuántos y, desde los mismos estados totalitarios que poseemos nacional o regional, donde por su cara bonita, se convierten en el único empresario, en el próspero comunicador, en la madre y padre de los niños en las escuelas e incluso los auténticos y únicos halcones del mundo sanitario. La justicia ¿para qué hablar?

No hace mucho oía a uno de ellos que el auténtico servicio primordial que se debería hacer desde este gallinero político tan simpático sería liberar a nuestros ciudadanos, a los mismos políticos, de aquellos mitos políticos que constituyen el peligro del tiempo en que andamos: el mundo de la razón frente a los populismos y a todo tipo de estrecheces mentales que existen en la actualidad por falta de formación y por sobra de ignorancia. Mi buen granadino Andrés Ollero hablaba de ello sin ningún tipo de pavor: "El papel de los cristianos en el debate cultural español parece lastrado por la resaca heredada de la vieja polémica de las dos Españas. A la vez que se les invita a aparcar su fe por imperativos de la intolerancia, lo más granado de la izquierda o de la derecha parece vivir de ideas cristianas; asumiéndolas o intentando -no sin dificultad-reinterpretarlas o sustituirlas.

Me da la impresión que los actuales partidos políticos actuales españoles que alguna vez medio sacan del bolsillo la mano a favor de "algo cristiano por aquello de…" y, atraer ese espacio de votos cristianos que hasta la fecha no tenía partido político alguno, por algún lado hará lo que pueda de manera sibilina para que el equipo de los cinco magníficos tengan un lugar destacado en los siguientes comicios. No sabemos si en su Hoja de Ruta, los grandes partidos actuales, como fundamentos claves, tienen como bases y estudios a grandes personalidades internacionales que deben ser ejemplo en la esfera pública. Me da que no. Pero desde aquí, de cara a la galería y sin tapujo algunos me hacen llegar personas auténticas, sin doblez y engaño, que antes, ayer, hoy y mañana nos marcan la buena ruta para no salirse del buen camino. Aquí tenemos a Michael Sandel, Hannah Arendt, John H. Elliot, Higinio Marín, la visión cristiana de los Padres de Europa, Edith Stein, Axel Kaiser, Víctor García Hoz, Remi Brague, Leonardo Polo, José María Carabante, Carmelo Guillén Acosta, John Henry Newman, José Jiménez Lozano, Alejandro Llano y tantos otros, eso sí, junto a la Doctrina Social de la Iglesia.

Tras escuchar todas sus poderosas y joyas palabras me he quedado pensando que no resulta fácil imaginar casos similares en la política española actual. Un gran número de los políticos de centro derecha se declara cristiano, pero la coherencia entre fe y conducta, personales y políticas, con frecuencia deja mucho que desear. Existe mucha crispación en la convivencia entre religión y política dentro de sus filas. No hay manera de superar viejos tics clericales o anticlericales. El tremendo deterioro de nuestro sistema político podría ser una gran oportunidad para avanzar en dicha normalización.

Está claro que la raíz de la crisis no es meramente política, sino ética y moral. No basta con modificar la ley electoral, la de partidos o incluso la misma Constitución. El problema es mucho más profundo y de carácter moral. Necesitamos políticos y partidos políticos con principios muy bien armados y dispuestos a ser coherentes. A estas alturas nos sentimos escarmentados y hartos de buenas palabras, y siempre asoma el peligro de la hipocresía, pero el cinismo es todavía peor. Si la ley de la selva llegara a adquirir carta de naturaleza, todo estaría perdido.

Claramente, esta Plataforma de partidos (DSCyP), Diálogo Social Civil y Política está apostando fuerte y claro. No les miremos de perfil, también los árboles nacen pequeños y, en una zancada tienes auténticas sombras, pero si encima poseen denominación de origen el tema se las trae.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz