Opinión

La esclavitud de lo cretínamente correcto

La corrección social sigue existiendo atendiendo al viejo tópico de "donde va Vicente, donde va la gente". Parece ser que hemos llegado a conclusiones tales como: "la nueva izquierda es políticamente correcta y conservadora, pues busca conservar el bienestar conseguido"; "la nueva derecha es políticamente incorrecta, rupturista y heterodoxa".

Lo políticamente correcto anda invadiendo demasiados ámbitos e incluso desea hacerse cultura. La "corrección" social, más que política, está llevando a considerar "correctos" comportamientos antes considerados incorrectos. El proceso se completa cuando, por ejemplo, una tita, que en toda su vida ha sido un modelo de bondad y verdad, ve ahora bien que su sobrina de rienda suelta a abortar , porque "ello lo hace todo el mundo". La corrección social se extiende atendiendo al tópico dicho antes.

Siempre es posible distinguir entre "opinión pública real", dificil de medir, y la "opinión pública mediática" creada por los medios, incluídas las redes sociales. Pero con frecuencia la opinión publica se va colando en la real. Poco a poco, se hacen culturalmente correctos opiniones y modos de vida que solo merecerían el rótulo de lo "cretínamente correcto". Esa "medio estupidez cultural" se difunde día tras día. Se señala como un hit que alguna se ha hecho más que viral, como si la difusión por sí misma ya fuese un valor. Si no es bueno que un virus malo se haga viral, no lo será tampoco que un virus mediático lo sea . Hoy parece que se ha hecho más realidad que nunca aquello tan antiguo de Marshall McLuhan de que "el medio es mensaje".

Andamos en plena dictadura relativista y ello implica poderes externos que obligan a otros a hacer lo que no se desea. En este momento no se trata de ello. Estamos ante una esclavitud, una servidumbre voluntaria, de la que ya hablaba Montaigne: "Es el pueblo que se esclaviza y suicida cuando, pudiendo escoger entre ser siervos y la libertad, prefiere abandonar los derechos que recibió de la naturaleza para cargar con un yugo que causa su daño y le embrutece".

Junto al extendido nicho de lo culturalmente correcto están los variados nichos en los que el comportamiento es razonable, sensible, honesto y natural. Sucede una vez más, que hablar de estos otros nichos (familias que no se divorcian, padres y madres entregados a sus hijos, familias numerosas, abuelos que viven su segunda juventud con sus nietos… no da mucha audiencia, y sin audiencia no hay negocio alguno.

Hoy es mas que dificil escribir públicamente "a calzón quitado", como he oído alguna que otra vez, libres de los culturalmente correcto. Además de la natural tiranía del lenguaje sobre el pensamiento (Willgenstein), hay una tiranía cultural del lenguaje sobre el lenguaje, que equivale a sobre el pensamiento. No leemos sin añoranza aquello de Quevedo sobre Góngora: "un hombre a una nariz pegado". O lo de Góngora, en respuesta: "Don Francisco de Quebebedo".

Da la impresión , y más, que lo culturalmente correcto es aburrido y monótono. Y lo cretinamente correcto es una regresión hacia la esclavitud voluntaria de la ignorancia que , como se sabe, es lo último que se pierde.

El próximo domingo 28, en Madrid, hay una Macromanifestación a favor de la vida y en contra de la Eutanasia. Somos muchos los de Murcia que allí estaremos, pero… como no es políticamente correcto, tal actividad ni se sabe ni se desea hacerla saber. Seguimos en la cuerda de lo Cretinamente Correcto.

MARIANO GALIÁN TUDELA.

Pedagogo. Secretario Nacional de Formación Partido VALORES. 

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz