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Nace Greta, el Alexa que hace de guía turístico y cultural

Un graduado de la UOC presenta un proyecto emprendedor con una nueva generación de audioguías que incorporan la inteligencia artificial

Un grupo de tres profesionales, asociados bajo el paraguas del The Greta Project, está trabajando en el desarrollo de una nueva solución de inteligencia artificial que permitirá disponer de un guía turístico y cultural personalizado. El proyecto trata de desarrollar lo que se conoce como un «archivo APK para teléfonos móviles», el cual, en palabras del responsable del proyecto, Xavier Domènech, supondrá la promoción de una «nueva generación de audioguías». Esta iniciativa tecnológica es uno de los proyectos finalistas del SpinUOC, el programa anual de emprendimiento de la UOC, que se impulsa por medio de la plataforma Hubbik.

Domènech, graduado en Ciencias Empresariales en la UOC, explica que Greta va un paso más allá de las audioguías que todo el mundo conoce, que suelen hacer la reproducción de archivos MP3, o que funcionan con teléfonos inteligentes (smartphones) facilitando contenido multimedia. El proyecto del grupo que coordina formula ahora una «nueva generación, que vendría a ser la guía multimedia sumándole una interfaz de voz y basándose en la inteligencia artificial que hace que el aparato "interlocute" con el usuario de una manera plenamente bidireccional utilizando el habla». 

Uno de los avances en este caso, comenta Domènech, es que si con las audioguías para activar las funcionalidades se debe hacer por medio de botones o de la pantalla táctil, con Greta —que tendría una función de hipertexto verbal— solo será necesario hablar al aparato, tal como se hace con la conocida Alexa. Greta nos podría explicar de viva voz informaciones sobre una técnica pictórica de cualquier cuadro que podemos encontrar en el recorrido de una exposición, así como cualquier otra información referente al autor y su obra. «Lo que hacemos es trabajar con guiones muy completos, en los que, al margen de unas explicaciones estandarizadas de las obras, que es como se hace la producción de una audioguía, se recogerán las preguntas más frecuentes para atender las dudas del usuario», explica Domènech. Los promotores del proyecto defienden que, con Greta, «la experiencia del visitante será más natural, porque es como tener un guía humano privado con toda la información del museo». 

El usuario podrá recorrer con toda tranquilidad el espacio contemplando los elementos que se expongan y podrá preguntar directamente a Greta cualquier duda que le surja. Aparte, Greta también adoptará una actitud proactiva con el usuario y le sugerirá información en función de su ubicación: «Lo que hacemos es crear un frame informático para recibir información, que está estructurado y preparado, y cada museo será una producción independiente, en la que el centro decide qué itinerarios quiere incorporar y la información que vuelca dentro de ese frame». 

Una solución con múltiples ventajas

Domènech cree que esta solución tecnológica tendrá muchas ventajas, además de proporcionar una mejor experiencia al visitante. Entre los beneficios, también hay para los museos, que verán reducido el coste de la producción respecto al de una guía tradicional. «Nos ahorraremos las locuciones, que suponen una parte importante del coste de una audioguía», comenta el emprendedor. Este es un aspecto que puede resultar muy atractivo para museos y centros culturales, porque «en un museo continuamente pasan cosas, se presta una obra, se cambia al conservador, y todo ello obliga a retoques en la audioguía». Greta facilitará que los cambios en los contenidos se puedan hacer directamente en el procesador dorsal (back-end) de la solución que construyen. No será necesario iniciar todo un proceso de producción, rehacer el guion y trabajar de nuevo la locución en estudios de grabación.

Otra de las ventajas de Greta respecto de la audioguía es que si esta es un instrumento de interacción limitada, la nueva herramienta ofrece muchas más posibilidades. Para los museos también tiene la ventaja de que el discurso que expone «es mucho más fiel y controlable» de acuerdo con lo que cada centro decide explicar. Domènech recuerda que «cuando trabajas con guías humanos, tienes que hacer regularmente un test de calidad, porque a veces meten baza en el discurso, y eso a los directores de museos no les gusta demasiado». Los desarrolladores de este proyecto también aspiran a que la solución se adapte lo máximo posible a cada usuario a partir de su perfil y teniendo en cuenta aspectos como la edad, el idioma, su formación (background) cultural o el nivel de conocimiento que tenga sobre un tema.

Los creadores de Greta piensan que son varios los colectivos que pueden beneficiarse de esta solución tecnológica. Entre ellos, las personas mayores: «Se trata de nichos de público a menudo excluidos de las pantallas táctiles y de una audioguía normal con botones, y esta tecnología que proponemos, en cambio, se adapta a ellos». Greta es un ejemplo de las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial para entornos museísticos: «Estamos ante una revolución como la que supuso el ratón o la pantalla táctil, que revolucionaron bastante la interacción con la tecnología». Las interfaces de voz, apunta Domènech, «supondrán todavía una revolución más fuerte, sobre todo en cuanto a la inclusión». De hecho, según datos de la OCDE, el volumen de personas que no puede realizar tareas complejas con herramientas tecnológicas supera el 60 % de la población de entre 18 y 65 años. «Una cifra abrumadora si tenemos en cuenta que no contamos la franja que más sufre la brecha digital, los mayores de 65 años», advierte Domènech. 

Los creadores de Greta confían en poder cerrar los primeros acuerdos de colaboración durante el próximo semestre, coincidiendo con la finalización de la primera versión alfa, y desarrollarla ya comercialmente a lo largo de 2021.

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