Opinión

Europa: asuntos exteriores

Estos días atrás le hemos seguido la pista a D. Frigdiano Álvaro Duréndez Prados, director de Estudios Iberoamericanos y de la Iberofonia, profesor de la Universidad Europea del Atlántico. Hemos aprendido más de lo que nos imaginábamos e incluso hemos llegado mucho más allá.

Si la lengua inglesa la hablan más de 1500 millones de personas, el español no se queda atrás al ritmo que lleva. En principio, se habla de más de 500 millones de habitantes, pero siguen surgiendo lugares insospechados que también se hablan y no están siendo reconocidos. En unos países van haciéndose hueco, en otros, cada vez a más , en lugares recónditos, se sigue hablando desde los tiempos de Fernando Magallanes en islas perdidas de Asia, pero no todo queda aquí. El tagalo filipino es una mezcla de inglés, español y lenguas indígenas; en el Océano pacífico occidental, hoy perteneciente a los Estados Unidos, el idioma "chamorro", con gramática e idioma español, con nombres y apellidos españoles, está en la isla Guahán. Por tanto, no sólo hemos de fijarnos en el mundo Iberoamericano ya que España, en su momento, poseía altura de miras y pensaba en universal.

De golpe, surge la Iberoáfrica donde tenemos como auténtica campeona a Angola la cual representa el principal país de la iberofonía continental como mayor nación africana de lengua portuguesa, los otros países iberohablantes de África son: Cabo Verde, Guinea-Bisáu, Guinea Ecuatorial, Mozambique y, Santo Tomé y Príncipe. Esta condición nos aporta un elemento diferenciador en África que vincula a Angola a una treintena de países hispanohablantes y lusófonos (portugués) de todos los continentes, cerca de 900 millones de personas en todo el mundo. Ello quiere decir que resta a la diferencia que tenemos con el mundo inglés.

Ahora mismo, Angola representa el punto de equilibrio entre los dos gigantes africanos: la República de África del Sur (tecnología desarrollada, modernas infraestructuras y fuertes lazos con potencias occidentales y mundiales) y la ecuatorial Nigeria, potencia petrolífera superpoblada que sufre la fractura civilizacional entre el islam y los bantúes. De todas maneras, Angola asume una posición sólida y con liderazgo en su amplio espacio intermedio y en el Golfo de Guinea como país que ha alcanzado la madurez superando las más duras pruebas después de 40 años de guerra, primero colonial y liego civil y, tras más de 20 años de difícil reconstrucción.

Estos años atrás, España y Angola han edificado relaciones basadas en el respeto y en el interés mutuo y, si vamos más allá, lengua, cultura y educación están obteniendo gratos signos positivos. Angola representa el principal país de la Iberofonia . Hace poco más de dos años, el presidente de la República de Angola visitaba oficialmente España opinando que el Reino de España ha sido considerado como socio estratégico de Angola en Europa. Seis días después de la visita del presidente, en la provincia de Bié, el 5 de octubre, se inauguraba la Universidad Internacional de Cuanza, UNIC, de la Red de la Fundación Universitaria Iberoamericana, con una clara filosofía centrada en la Iberofonía y en la que el idioma español ya tiene, junto al portugués oficial en ese Estado, una posición especialmente relevante. Dos días más tarde se celebraba el Primer Encuentro de Ministros de Justicia de los países de habla Española y Portuguesa de todos los continentes, jornada que pasará a la historia y, en febrero del mismo año la primera visita de Estado de los Reyes de España a un país subsahariano, el mayor país de lo que podríamos llamar I B E R O Á F R I C A.

A vista de los hechos comentados aquí y certificados no tenemos más remedio que replantearnos en no sólo mirar a Iberoamérica ni sólo a Bruselas. Angola y su Iberoáfrica, guste o no guste, a partir de ahora, debe ser un punto caliente a tener en cuenta. Y, por supuesto, Filipinas y sus innumerables islas también son primos hermanos nuestros. Por tanto, ni somos 500 millones de hispanohablantes sino más bien, en pleno siglo XXI hemos de mirar a nuestro país vecino Portugal, Centro de África, Iberoamérica y Asia. Una vez más hemos de volver a tener esa visión universal que poseía Isabel de Trastámara.

Las miras de VALORES siguen siendo altas en contra de los nacionalismos que van surgiendo, concepto que empequeñece la universalidad a la que sigue aspirando España.

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz