Un análisis exhaustivo demuestra que las empresas de seguridad tienen margen económico suficiente para implementar mejoras salariales y laborales sin comprometer su viabilidad.
El sector de la seguridad privada en España, que factura más de 3.500 millones de euros anuales y emplea a más de 100.000 profesionales, se enfrenta a un momento crítico. Las proyecciones para 2026 son extraordinariamente favorables, con un crecimiento esperado del 15-18% impulsado por la digitalización, el aumento de infraestructuras críticas y la creciente demanda de servicios especializados. Sin embargo, los profesionales que sostienen este sector arrastran una pérdida de poder adquisitivo del 11-15% desde 2020 y trabajan en condiciones cada vez más difíciles de mantener.
Un sector en crecimiento que no beneficia a sus trabajadores
Las grandes empresas del sector han reportado incrementos de facturación del 12-20% anual en los últimos años, con márgenes operativos saludables del 8-14%. Mientras tanto, el salario medio de un vigilante de seguridad apenas supera los 1.300 euros mensuales, muy por debajo de cuerpos de seguridad pública con funciones similares (que cobran entre 1.850-2.100 euros) y con jornadas laborales que alcanzan las 12 horas diarias.
"La inflación acumulada desde 2020 ha sido del 23,4%, mientras que los incrementos salariales del sector apenas han alcanzado el 8-12%. Los profesionales de seguridad han perdido más de 160 euros mensuales en poder adquisitivo real", explica el análisis sectorial.
Cuatro propuestas concretas y viables
Un estudio económico detallado demuestra que las empresas pueden implementar un paquete integral de mejoras sin comprometer su rentabilidad:
1. Incremento salarial del 18%: Recuperaría el poder adquisitivo perdido y situaría los salarios en niveles dignos. Un vigilante pasaría de cobrar 1.145 euros a 1.351 euros mensuales de base.
2. Salario base mínimo de 1.500 euros: Establecería un suelo salarial que dignifique la profesión, situándolo un 26,7% por encima del SMI, coherente con una profesión que requiere formación especializada y asume importantes responsabilidades.
3. Tres días de asuntos propios no recuperables: Facilitaría la conciliación familiar en un sector con turnos rotatorios y servicios 24/7, siguiendo el estándar de otros sectores y la administración pública.
4. Turnos de 8 horas: La medida más transformadora. Acabaría con las jornadas de 12 horas que causan fatiga acumulada, aumentan accidentes laborales en un 40% en las últimas horas y deterioran gravemente la salud de los trabajadores.
Los números demuestran que es posible
El análisis económico para una empresa tipo de 100 empleados es revelador:
Coste total de las mejoras: 1.127.361 euros anuales adicionales (+47% sobre masa salarial actual)
Compensaciones estimadas para 2026: 817.692 euros
Crecimiento orgánico del mercado (16%): 160.000€
Ajuste tarifario justificado (10%): 360.000€
Reducción de rotación laboral: 39.000€
Ahorro en absentismo: 21.692€
Reducción de siniestralidad: 18.000€
Nuevos contratos premium: 56.000€
Otros ahorros operativos: 163.000€
Déficit inicial: 309.669 euros (7,7% sobre facturación), fácilmente cerrable mediante implementación gradual, ajuste tarifario moderado adicional del 2-4% y desarrollo de servicios de alto valor añadido.
Un sector que puede pagar más
Los clientes están aceptando incrementos tarifarios del 8-12% anual debido a la escasez de profesionales cualificados y la mayor exigencia de calidad. "Los hospitales aceptan incrementos del 8-10%, los centros comerciales del 7-9% y el sector logístico hasta el 12%. El mercado está dispuesto a pagar más por servicios profesionales y estables", señala el informe.
Además, la escasez de profesionales cualificados (déficit estimado de 8..000-12.000 vacantes) presiona al alza las condiciones laborales. Las empresas que no mejoren su oferta tendrán graves dificultades para atraer y retener talento, especialmente entre los menores de 30 años, el 85% de los cuales rechaza empleos con turnos de 12 horas.
La rotación, un coste oculto millonario
El sector sufre una rotación del 25-30% anual, con el 45% de los nuevos empleados abandonando en los primeros seis meses. Cada reemplazo cuesta entre 2.500-3.500 euros en selección, formación, uniformes y pérdida de productividad.
"Una empresa de 100 trabajadores gasta 84.000 euros anuales solo en reponer personal que se marcha. Con las mejoras propuestas, esta rotación se reduciría al 15%, ahorrando 39.000 euros al año", detalla el análisis.
Turnos de 8 horas: salud, seguridad y eficiencia
La medida más impactante económicamente es también la más necesaria desde el punto de vista de salud laboral. Los estudios científicos demuestran que:
La capacidad de atención disminuye un 35-50% después de 8-9 horas
Los accidentes laborales aumentan un 40% en las últimas 3-4 horas de un turno de 12h
Los problemas cardiovasculares se incrementan un 35% con turnos largos
El 55% de trabajadores con turnos nocturnos de 12h sufren trastornos del sueño
"Paradójicamente, turnos más cortos mejoran el rendimiento: la detección de incidencias mejora un 25-30%, el tiempo de respuesta es un 15-20% más rápido y los errores operativos se reducen un 40%", explica el documento.
Implementar turnos de 8 horas requeriría aumentar la plantilla un 21% (no un 50% como podría parecer), porque los trabajadores laborarían 220 días al año en lugar de 180, compensando parcialmente la necesidad de más personal.
Más allá del salario: un plan de carrera profesional
La propuesta incluye un sistema integral de desarrollo profesional con 50 horas anuales de formación certificada en tecnología, idiomas, gestión de conflictos y emergencias. También establece una progresión salarial clara desde Vigilante (1.500€) hasta Jefe de Servicio (2.600€), con requisitos transparentes y evaluaciones objetivas.
"Los profesionales más cualificados permiten ofrecer servicios premium con tarifas 20-30% superiores, diferenciándose de la competencia por calidad y no solo por precio", argumenta la propuesta.
Implementación gradual: la clave del éxito
El plan propone una implementación escalonada en tres fases durante 2026:
Primer trimestre: Incremento salarial, ajuste de salario base y días de asuntos propios
Segundo trimestre: Piloto de turnos de 8h en el 30% de servicios
Segundo semestre: Extensión progresiva al 100% de servicios
Esta estrategia permite negociar con clientes, aprender de la experiencia y ajustar el modelo progresivamente, minimizando riesgos.
Proyección 2026-2028: rentabilidad creciente
Las proyecciones muestran que la inversión inicial del 1,6% de margen en 2026 se convierte en beneficio a partir de 2027:
2026: Balance -1,6% (inversión estratégica)
2027: +2,5% margen adicional (consolidación)
2028: +5-6% margen adicional (liderazgo de mercado)
ROI a tres años: 180-220%
"Las empresas que implementen estas mejoras captarán el mejor talento, reducirán costes ocultos de rotación y se posicionarán en el segmento premium del mercado, donde los clientes valoran calidad y estabilidad por encima del precio más bajo", concluye el análisis.
Un momento histórico para el sector
Con un crecimiento proyectado del 15-18% en 2026, escasez estructural de profesionales y clientes dispuestos a pagar más por calidad, el sector de seguridad privada tiene una oportunidad histórica de transformarse.
"No se trata solo de justicia social, sino de estrategia empresarial inteligente. Los profesionales de seguridad son el activo más valioso de estas empresas. Invertir en ellos no es un coste, es la mejor inversión que pueden hacer".
La pregunta ya no es si el sector puede permitirse estas mejoras, sino si puede permitirse no implementarlas.
Jose Antonio Carbonell Buzzian