Opinión

"A. A. Herrera y los barrios olvidados"

Parece que estamos condenados a tener en nuestras ciudades, según época y tiempos, barrios o conjuntos de cuadriculas más desfavorecidos.

Siempre existe una razón o motivo o causa, o varias, en cada país o sociedad o región o Estado o cultura… según Internet se indica que 400.000 madrileños viven en infraviviendas, diez u once millones sufren exclusión residencial en España –que si soy sincero, no sé exactamente que quiere indicar, porque personalmente me parece demasiada cifra, claro está que incluyen en estas cifras hacinamiento o con barreras arquitectónicas-, y, en el mundo según la ONU, cerca de mil millones viven en barrios marginales y en viviendas inadecuadas.

Bajo mi modesto entender, para nosotros que vivimos en provincias, no negamos el hecho, pero no creemos que en cada pueblo o ciudad de provincias, incluso en las capitales, viendo y percibiendo y analizando, no estimamos más del diez por ciento este problema, y, quizás sea una cifra exagerada, que por otro lado, ya en sí sería mucho, solo con que hubiese una. Pero opino que en esta cuestión humana y social como en todo habría que precisar. Hay que definir y describir exactamente lo que es infravivienda, y, distinguir las temáticas, no es lo mismo, no tener acceso o rampa adecuada, que ser una infravivienda con cartones y maderas… Para resolver un problema hay que cuantificarlo de forma adecuada y racional y verdadera. Y, atajar los puntos esenciales y los accidentales, porque si no se forma un complejo y combinado que es imposible resolver.

En este paseíllo por el articulismo español y en español le ha tocado la suerte al notable escritor poeta y periodista y articulista Ángel Antonio Herrera, publica un artículo en ABC Madrid del 31 mayo del 2023, titulado Lavapiés, noble y sucio que analiza algunos aspectos de la deriva de dicho barrio. Hace unos días o unas semanas percibí por televisión un pequeño reportaje sobre dicho trozo de Madrid, que quizás, sea aplicable en mayor o menor medida, a otras zonas del país… En otros lugares, el número de bloques de pisos o calles con esas circunstancias se reduzca…

Recuerdo hace una veintena de años, que por estudios en la UNED iba un día, a recibir clases, de Lógica, Filosofía de la Ciencia y de otras, durante un par o un trío de años. ¡Y, ya la situación estaba complicada…! Indicaban que en el barrio existían decenas de nacionalidades de origen, de decenas de lenguas, de decenas de tonos de piel, de decenas de esperanzas, pero todas, tienen y tenían el mismo color del corazón que cualquier otro ser humano, de cualquier lugar del mundo, de cualquier barrio, de cualquier estrato social e ideológico y político…!

¿Cómo resolver el problema de la vivienda, cómo hacer que dicha epidemia o virus se cure, de una vez por siempre en la humanidad, en cada región o ciudad del mundo…? Recuerdo de niño, entrando en Madrid en tren, se veían algunos trozos de ciudad llenos de chabolas en el sentido amplio y serio y profundo, en aquellos años sesenta… Aquellas situaciones, en mayor o menor medida, hasta dónde sé y conozco se fue transformando y solucionando en los siguientes tiempos. Pero ahora, tenemos ciudades, que existen pisos que se alquilan por habitaciones, disponemos otra vez de cuadriculas de infraviviendas, tenemos situaciones de precariedad habitacional, tenemos…

¿Pero la pregunta anterior sigue vigente, tenemos que conformarnos con que el cáncer biológico no se cure? Acaso no utilizamos una cantidad de recursos humanos, se dedican en el mundo, para ir curando este conjunto de enfermedades que denominamos cáncer, y, en estas décadas ha ido avanzando enormemente. Todas las familias, todo individuo tiene alguien de su familia, su padre o su abuela que falleció por esta realidad. Pero ahora se ha progresado mucho en la cura… ¿Qué tendríamos que hacer para que el cáncer de la infravivienda quedase anulado, minorizado, ausentado, curado… que no existan treinta y siete mil personas que viven en la calle, según la bodega de datos de Internet en España, tres de cada cuatro son hombres, la mitad menos de cuarenta y cinco años…?

Existe una industria sanitaria a nivel mundial, hospitales públicos y privados, millones de sanitarios de todas las categorías, empresas públicas y privadas que se dedican a la investigación farmacológica, departamentos universitarios al estudio y análisis de la biología y de las enfermedades, una industria militar que tiene también parámetros y pilares en estos temas, etc. Por eso, y, por otras razones se van curando enfermedades y patologías, cada década, cada generación casi todas las dolencias se va avanzando en su curación, en sus pronósticos, en sus medicinas, incluso alargando el tiempo de enfermedad y de fallecimiento, se van cronificando, que es la palabra técnica, cuándo no se cura del todo, pero se alarga la vida de las personas que lo padecen, por ejemplo, el Sida…

¿Pero cómo se podría montar una industria mundial y regional y nacional, más perfecta, que sea/tenga como fin esencial, que toda persona y familia tenga una vivienda digna…? ¿Tenemos muchos elementos, pero quizás habría que unirlos, tenemos departamentos universitarios que estudian arquitectura y economía y político, disponemos de una industria privada y pública para este fin, disponemos de organizaciones y entidades de todo tipo…?

¿Pero que falla para que este fin, no se termine de resolver, es cierto que aumenta la población, de tres mil millones hace sesenta años y algo, a ocho mil actualmente, pero qué se podría hacer para resolver este problema, que va evolucionando por nuevas causas y razones…?

¿Se me ocurre una solución intermedia, porqué no se organizan debates nacionales a nivel de medios de comunicación para encontrar soluciones a este problema…? ¿Si se pueden hacer decenas de millones de vehículos cada año, en serie, en cadena, porqué no se podrían aumentar por diez o treinta o cincuenta las viviendas construidas y abaratar por el cuarenta/treinta por ciento los precios, si se hiciesen en serie las partes como los coches, o como las pizzas que dicen que es de dónde copió la idea Ford…?

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz