La Fundación PwC y Aramark han concluido la campaña piloto para sensibilizar sobre el desperdicio alimentario en la Torre PwC, la sede central de la firma de servicios profesionales en Madrid. Esta iniciativa forma parte del proyecto “D-Cero. Futuro sin Desperdicio” que Aramark está desarrollando, junto con PwC, para minimizar el impacto en huella de carbono de su actividad, reduciendo un 50% del volumen total de desperdicio alimentario en su cadena de producción y distribución de comidas para 2030. Además, la campaña se alinea con la nueva Ley 1/2025 de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, que refuerza la importancia de informar, formar y sensibilizar a los diferentes agentes del sistema alimentario.
Durante varias semanas, la oficina central de PwC en Madrid ha funcionado como centro piloto para poner en práctica nuevas maneras de fomentar hábitos de consumo más sostenibles entre los comensales.
Una iniciativa estructurada para impulsar el cambio de hábitos
La estrategia se articula en varias acciones sencillas que, al combinarse, generan un mayor impacto. La campaña de concienciación ha estado compuesta por diferentes ámbitos que de forma conjunta buscan impactar directamente en la concienciación del consumidor. Por un lado, se proporcionó información clara e impactante sobre el valor de los alimentos y el impacto del desperdicio.
Por otro, se ofrecieron orientaciones prácticas para ayudar a los usuarios a ajustar mejor sus decisiones de consumo a sus necesidades reales. Además, se trabajó directamente con el personal del centro, reforzando su papel como agente clave del cambio. Finalmente, se incorporaron incentivos y pequeñas recompensas que ayudaron a mantener el interés y la participación a lo largo de toda la campaña..
Resultados tras un mes de implantación
La campaña ha conseguido una disminución general del desperdicio alimentario en los puntos analizados, evidenciando la eficacia de las acciones de sensibilización aplicadas. El impacto más inmediato se ha observado en el personal de restauración, donde la concienciación ha generado cambios de comportamiento desde los primeros días. Durante las dos primeras semanas se registraron descensos muy significativos, con reducciones que alcanzaron el 68%, estabilizándose posteriormente en una tendencia sostenida del 28% al cierre del periodo.
En el caso de los consumidores, el efecto ha sido más progresivo, como es habitual en iniciativas orientadas al cambio de hábitos. A partir de la segunda semana comenzó a apreciarse una evolución clara, con reducciones acumuladas del 18%, alineadas con la asimilación de los mensajes de campaña y la puesta en marcha de incentivos que reforzaron su implicación.
Una iniciativa con vocación de continuidad
La campaña marca un paso relevante dentro de la estrategia de sostenibilidad conjunta y representa el inicio de una línea de trabajo que continuará evolucionando en los próximos meses, tanto en Empresas como en otras líneas de negocio..
Ambas mantienen su compromiso de seguir impulsando prácticas responsables, fomentar el consumo consciente y avanzar en la reducción del desperdicio alimentario, alineándose con los objetivos globales de sostenibilidad y reforzando la idea de que los cambios significativos comienzan dentro de la organización.