SATSE valora positivamente el compromiso de García de que la reforma de Estatuto Marco propicie una nueva clasificación profesional de enfermeras y fisioterapeutas que permita que puedan acceder a cargos de dirección y gestión dentro del SNS.

El Sindicato no podría admitir que la reclasificación profesional solo supusiera una mejora retributiva para determinados grupos de clasificación y no para enfermeras y fisioterapeutas, porque supondría una discriminación inaceptable.

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha trasladado a la presidenta del Sindicato de Enfermería, SATSE, Laura Villaseñor, su compromiso de que el nuevo Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud contemple la reclasificación profesional de enfermeras y fisioterapeutas dentro de la administración pública.

García y Villaseñor se han reunido hoy, junto a la directora general de Ordenación Profesional, Celia Gómez, y el secretario general de Acción Sindical de SATSE, Rafael Reig, para abordar los asuntos pendientes de acordar en la reforma del Estatuto Marco que se viene negociando desde hace meses, entre los que destaca el cambio de la actual clasificación profesional de enfermeras y fisioterapeutas.

La ministra de Sanidad ha asegurado que se producirá una reclasificación que permitirá el desarrollo profesional de enfermeras y fisioterapeutas, posibilitando, por ejemplo, que puedan acceder a a puestos de dirección y gestión dentro del SNS, como viene reclamando SATSE.

También ha afirmado que, en estos momentos, no ve factible que la reclasificación conlleve una actualización retributiva para enfermeras y fisioterapeutas, y, en general, para todas las titulaciones universitarias, basándose en la actual dificultad para contar con suficiencia presupuestaria para acometerla, pero sí para las categorías referidas a titulaciones de Formación Profesional, ya que considera existe una deuda para con estos trabajadores desde que se aprobó el Estatuto Básico del Empleado Público en 2007.

SATSE rechaza que se produzca esta discriminación entre categorías profesionales dentro del SNS y reitera que sería difícil apoyar un nuevo Estatuto Marco que no propicie el reconocimiento retributivo que corresponde a enfermeras y fisioterapeutas cuando se produzca su reclasificación profesional.

La organización sindical ha recordado a la ministra que hacia las enfermeras y fisioterapeutas también existe un agravio injusto y arbitrario desde hace 17 añosal permanecer el subgrupo A2 dentro de la administración pública cuando tienen los mismos 240 créditos ECTS que otras titulaciones que, sin embargo, han sido encuadradas en el subgrupo A1.

Diplomas

En la reunión, que se ha desarrollado de manera constructiva y colaborativa entre ambas partes, se han abordado también otros asuntos de importancia para enfermeras y fisioterapeutas, como el interés del Ministerio de Sanidad por avanzar en el desarrollo de los diplomas de acreditación y diplomas de acreditación avanzada.

Favorecer en el SNS la profesionalización de la gestión de los centros sanitarios y la homogeneización de los criterios de la carrera profesional también han sido asuntos tratados en el encuentro con Mónica García. Se trata de una reunión previa a la reanudación de las negociaciones del Estatuto Marco en el seno del Ámbito de Negociación.

IMACU

En relación con la Iniciativa Marco de Cuidados en Salud en el que está trabajando el Ministerio de Sanidad y que espera aprobar en próximas semanas, Villaseñor ha trasladado a la ministra que en una iniciativa de estas características es muy importante que no se confundan las diferentes profesiones y titulaciones relacionadas con el ámbito de los cuidados, ya que no es aceptable que, por esta vía, se pretendan difuminar y mezclar sus funciones y competencias cuando cuentan con titulaciones, formación y responsabilidades de muy diferente nivel.

Según SATSE, da la impresión de que se pretende "ajustar a la baja" la ratio de enfermera graduada/paciente en función de la presencia de otros colectivos que pudieran resultar más sostenibles económicamente, pero que, de manera paralela, puede conllevar una merma en la calidad y seguridad en la atención a las personas, concluye.