Quiero mostrar mi rotundo rechazo a las infundadas manifestaciones de Salvador Santa tanto hacia mi persona como hacia el secretario general y otros miembros de una Agrupación Socialista de Yecla. Unas afirmaciones donde, además de mentir, implícitamente me adjudica un reconocimiento político y una autoridad que considero que no me pertenece. Creo, además, que hace un flaco favor a la política y a sí mismo usando el oportunismo y la distorsión de los hechos para aprovechar momentos de debilidad como los que atraviesa este partido que le dio a usted la gran oportunidad de encabezar su candidatura a la alcaldía de Yecla.
El señor Santa mezcló y realizó afirmaciones que o bien carecían de rigurosidad o bien se excedían de mala fe. Salvo que alguien se autoconsidere como "la máxima autoridad del PSOE", es falso que a él se le pusiera una gestora. En Yecla se formó una gestora porque el secretario general anterior dimitió tras los resultados de las elecciones municipales. Y eso no es un golpe de Estado, es el procedimiento que rigen los estatutos para casos de interinidad en las direcciones de las agrupaciones locales o comunidades autónomas.
El señor Santa no ganó unas primarias porque no se celebraron, ya que para celebrarse reglamentariamente debe haber otra candidatura. Se le agradece haber dado el paso y en efecto tuvo apoyo de la militancia y, por tanto, la legitimidad de presentarse al ser el único que recogió avales. Precisamente, ante esa misma militancia pudo exponer su opinión y posición política en los siete meses posteriores de mandato en los que siguió representando al PSOE, sin embargo despreció a esa militancia al no acudir a las más de cinco asambleas con las bases convocadas tanto por la gestora como después por la nueva Comisión Ejecutiva Local.
Es en las Asambleas mediante el debate maduro de las bases donde se deben dirimir diferencias y encontrar soluciones. Más allá de considerar acertada o desacertada una dificilísima decisión que aquella gestora tuvo que tomar con sólo 48 horas de plazo para afrontar un mandato con tan sólo 4 concejales y con el antecedente del anuncio del señor Santa de una dimisión en diferido, el camino para el entenderse es el diálogo desde las bases y no el odio desde el rencor.
Por ello también reafirmo mi opinión personal de que la situación federal sólo podrá solucionarse con la legitimidad moral que se requiere si se tiene en cuenta la voz de una militancia que, a diferencia de lo que ocurrió aquí con la entonces dirección interina local, en esta ocasión sólo tiene como contrapeso y foro un Comité Federal dividido y que tardó en entenderse 8 horas para constituirse el pasado sábado.
Por respeto a esa misma militancia a la que usted apela como avalista, cese en esa oposición más centrada en el PSOE que en el gobierno municipal. Por mi parte, con este comunicado zanjo la polémica, apelo al diálogo, al respeto y a dejar cualquier tipo de rencillas personales porque con ellas no será posible recuperar una izquierda transformadora y alternativa al PP.