Las calles de San Pedro del Pinatar acogieron la noche del Jueves Santo una de las procesiones más admiradas de la Semana Santa, la del Encuentro de Jesús con su Santísima Madre en la Calle de la Amargura, que volvió a congregar a miles de fieles

Las imágenes de Jesús Nazareno, la Virgen de Los Dolores,  la Piadosa Mujer Verónica y San Juan Evangelista protagonizaron uno de los momentos más esperados de la Semana Santa pinatarense.

El cruce de la calle Emilio Castelar y la avenida de Las Salinas volvió a congregar a miles de fieles para ser testigo del encuentro de Jesús Nazareno, escoltado por el Tercio Romano Hermenegildo Fresneda, con su madre, La Virgen de Los Dolores, en su camino al calvario, ante la mirada de La Piadosa Mujer Verónica y San Juan Evangelista. 

Una procesión cargada de simbolismo, en la que la Piadosa Verónica, una bella talla de Ribera Girona recientemente restaurada, deja caer su paño blanco para reflejar el rostro de Jesús. 

Una noche en la que la música cobró especial significado por la saeta entonada a cargo de Carmen Murcia, que rompió el silencio de la noche ante el esperado encuentro. El repicar de los tambores es también característico en esta procesión en la que dos de las cofradías participantes estrenaron bandas de tambores. 

Así, la Hermandad de La Piadosa Mujer Verónica estuvo acompañada por un tercio femenino de tambores, mientras que seis tambores de nueva formación marcaron el paso de la cofradía de Nuestro Padre Jesús de Nazareno.

Tras el encuentro las cuatro imágenes, acompañadas por sus correspondientes tercios, iniciaron la solemne procesión, que cerraba la comitiva oficial y la banda de música municipal Unión Musical de San Pedro.

Ya pasada la medianoche se inició el Vía Crucis de la Procesión del Silencio, en el que los penitentes siguieron la imagen del Cristo del Perdón, parando en oración frente a las cruces guía, acompañados del sonido de dos tambores del Tercio de San Juan.