Estos días se publica la segunda edición del libro, que recoge sucesos reales en Murcia que fundamentaron el mito del vampiro

Justo a tiempo para estremecernos en la noche de Difuntos (una noche que este año viviremos en casita, a media luz y un buen libro de terror) llega a las librerías la segunda edición de Mala Cosecha, obra ganadora del IX Premio Internacional Juan Antonio Cebrián de Divulgación Histórica.

Este ensayo editado por Odeón cuenta cómo los miedos colectivos han transformado la Historia de la humanidad, a través del rastreo de casos concretos sucedidos en los territorios de la Península Ibérica.

En él, Natalia Monje rescata las existencias atormentadas, perseguidas y desmedidas de las personas que han irradiado las grandes corrientes de terror colectivo, explorando los desastres provocados por el pavor, la ira y el fanatismo.

Una investigación que tiende conexiones entre el pasado y el momento en que vivimos, al abordar los procesos de desinformación y los efectos sociales del miedo y el odio.

Mala Cosecha recorre la memoria de España desde la Edad Media hasta la actualidad reviviendo las historias olvidadas de los verdugos, los mercaderes de sangre humana o las personas tenidas por endemoniadas, entre otras, extrayendo de la oscuridad de los archivos a quienes aterrorizaron a nuestros antepasados.

La obre recorre varios sucesos extraordinarios acontecidos en Murcia, deteniéndose con especial detalle en las olas de ‘bebedores de sangre’ en los siglos XIX y XX, con casos de agresiones a niños e incluso asesinatos, en Cartagena y Llano de las Brujas.

La autora es Natalia Monje, periodista e historiadora coruñesa cuya trayectoria ha obtenido reconocimientos como el Premio Internacional de Periodismo Álvaro Cunqueiro, el Premio de Periodismo científico Galicia Innovación o el Premio de Investigación etnográfica Xesús Ferro Couselo, entre otros.

En esta obra, que es su primer libro, combina el rastreo de los archivos históricos con trabajo de campo, cruzando técnicas de investigación documental, antropológica y periodística para abordar la historia de lo macabro, una tendencia que en el mundo anglosajón tiene una larga tradición, pero todavía es un género poco cultivado en España: “Es una temática que dice mucho sobre un país, su cultura y la evolución de las mentalidades.

Una forma de conocer nuestro pasado que pone en juego emociones muy poderosas, y por lo tanto funciona muy bien para conectar y acercarse a la Historia poniendo las entrañas y el intelecto, explica la autora.