La Federación de Cooperativas Agrarias de la Región (Fecoam) y la Asociación Mediterránea de Organizaciones de Productores Agrarios (Amopa) participan en uno de los proyectos europeos más importantes de innovación, financiado con 2,34 millones de euros por la UE y dirigido por el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida), para mejorar la competitividad de las explotaciones hortícolas de invernadero.

Pedro Sánchez Seiquer, responsable de Formación y Proyectos Europeos de Fecoam, y Ana Romojaro Casado, del departamento técnico, asistieron el martes y miércoles a una de las reuniones, celebrada en Bruselas.

La iniciativa se inscribe en el VII Programa Marco de Investigación y Desarrollo, y abarca aspectos tales como la reutilización de aguas de baja calidad, el aumento de la tolerancia de las plantas al estrés en condiciones mediterráneas, el desarrollo de nuevas tecnologías para la utilización y producción de dióxido de carbono en invernadero y la mejora de la eficiencia productiva.

Presenta un enfoque multiestratégico para cumplir los siguientes objetivos: aumentar la producción neta y la tolerancia a la salinidad a través de la inyección de CO2; recuperar el CO2 de los gases de escape de los sistemas de calefacción de efecto invernadero; reutilizar las aguas residuales industriales para riego, y desarrollar el control de procesos para optimizar el riego, la inyección de CO2 y el control de clima del invernadero.

Fecoam y Amopa colaboran como socios en el proyecto, ofreciendo a los productores agrícolas europeos la posibilidad de aumentar la producción total de la horticultura sin grandes inversiones adicionales y costos operacionales. Así, los agricultores podrían aumentar el margen de beneficio de su actividad, cada vez menos dependiente de las subvenciones de la UE, que sería más competitiva frente a otros productores hortícolas de fuera del continente.

El sector de la producción en acuicultura europea también presenta la oportunidad de valorizar las aguas residuales producidas en sus instalaciones y, en consecuencia, para ahorrar el costo de tratamiento asociados con esta agua, que se convierte en un subproducto valioso para la agricultura.

En el proyecto participan centros de investigación, empresas del sector y asociaciones de productores de España, Francia, Italia, Croacia, Rumanía y Malta. Uno de los retos es obtener mayor conocimiento fisiológico del comportamiento de la planta frente a situaciones de estrés y la manera más eficiente de aminorarlo, además de implementar nuevas soluciones tecnológicas de empresas europeas del sector hortícola.