El Índice de Precios de Consumo intensificó su proceso de ajuste durante abril y registró por segundo mes consecutivo una tasa de variación negativa. De este modo, el coste de la cesta de la compra en la Región de Murcia resulta un 0,5% más barato que hace un año, una caída de mayor amplitud que la constatada en el ámbito nacional (-0,2%).
En comparación con el mes anterior, los precios aumentaron un 1,4% en la Región de Murcia, una cifra que, aunque supera la media nacional (1,0%), no difiere en exceso del comportamiento de la inflación en estas fechas.
Tal y como sucediera en febrero y marzo, cinco de los doce grupos que constituyen el índice general de precios presentan variación interanual negativa, sin que la evolución de abril suponga una intensificación reseñable. En concreto, Transporte acumula una caída del 8,4% en el último año, circunstancia que explica, en buena medida, la presencia de tasas de inflación negativas. El mes de abril contribuyó a suavizar la intensidad de los descensos (hasta marzo el grupo presentaba un descenso anual del 9,3%) por el repunte de los carburantes.
En cambio, Vivienda que hasta ahora se constituía como el grupo más inflacionista, presentó una notable moderación en abril, con una caída mensual del –1,8%; si bien la tasa acumulada en un año continúa siendo positiva (3%). Hay que significar que este grupo no incluye el precio de los inmuebles, siendo la bajada del subgrupo Electricidad, gas y otros combustibles el principal responsable de la evolución descrita.
Las campañas de competencia en precios entre las distintas cadenas de distribución explican una nueva caída mensual del grupo Alimentos y Bebidas no alcohólicas, hasta el punto de alcanzar la primera tasa anual negativa de la serie estadística (-0,1%).
Por su parte, Vestido y Calzado presenta la evolución habitual al alza tras la finalización del periodo de rebajas. La Semana Santa supuso una subida notable del grupo Ocio y Cultura (1,6%) y Hoteles (9,1%), en tanto que Restaurantes (0,1%) presentó un comportamiento más moderado.
Respecto a la evolución de la inflación subyacente, que excluye el comportamiento de los bienes más volátiles (energía y alimentos no elaborados), se produce un ligero repunte hasta el 1,1%, situándose dentro de una banda moderada en la que convendría mantenerse para evitar a medio plazo indeseables episodios inflacionistas.
En resumen, la relajación actual de la inflación puede contribuir a aliviar la carga que para familias y empresas supone el extraordinario encarecimiento que habían experimentado en el año anterior productos como el petróleo o ciertos alimentos.
Los beneficios de alcanzar de forma transitoria tasas de variación negativas no debe hacernos olvidar los desastrosos efectos que un escenario de caída generalizada y prolongada de precios (poco probable por el momento), podría tener sobre el tejido productivo y el empleo.