La Comunidad de Murcia ha impulsado la primera declaración a nivel nacional sobre la escalada sostenible. La ‘Declaración de Espuña sobre la Escalada Sostenible’ es un decálogo básico para practicar este deporte respetando el medio natural en el que se practica, y se ha presentado hoy a instancias de la Consejería de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio.
Los firmantes de esta Declaración han sido representantes de entidades promotoras de actividades de escalada, del sector turístico, universitario y gestores de la Administración ambiental. Todos ellos se comprometen a respetar y a difundir esta Declaración en los ámbitos donde se desarrolla la escalada y a promover su práctica de forma sostenible.
El consejero de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio, Benito Mercader, afirmó que “esta declaración nace de la reflexión en distintos foros internacionales y del encuentro realizado en Sierra Espuña en 2004, y pretende ser el referente nacional para la práctica de este deporte de aventura en el que se funden valores como la superación personal y el respeto medioambiental”. Para ello se plasman “unas sencillas normas de comportamiento que hay que tener muy presentes para no alterar el medio y legar a nuestros hijos la posibilidad de disfrutar de paredes como la de Leiva, uno de los principales escenarios para la escalada situado en el Parque Regional de Sierra Espuña”.
La Declaración recoge que para la práctica sostenible de la escalada es fundamental no degradar el suelo, utilizando siempre para acceder a las paredes los caminos y sendas señalados y existentes y no hacer atajos que destruyen el manto vegetal; evitar la contaminación sonora como los ruidos provocados por gritos y tonos de voz elevados, ya que nos encontramos en el hábitat de numerosos seres vivos que pueden ser sensibles a estas alteraciones ambientales; no dejar desechos, recogiendo toda aquella basura generada durante la actividad, transportándola consigo hasta el fin de la misma y depositándola en los contenedores.
“Respetar y proteger toda especie animal y vegetal que habita en el entorno donde se escala es fundamental. Tenemos que ser conscientes del valiosísimo ecosistema que representa. Es nuestra responsabilidad no alterar los espacios de nidificación en las paredes y no debemos deteriorar la masa vegetal, tanto a pie de vía como a lo largo de ésta”, indicó Mercader en referencia al cuarto punto de la declaración.
Asimismo, en los puntos quinto y sexto se hace hincapié en las normas sobre pernoctar en espacios naturales y realizar fuego, así como las prohibiciones temporales o permanentes de escalar en ciertos espacios naturales para no alterar el ecosistema. Otro de los principios es respetar la prohibición de apertura de nuevos itinerarios de escalada, ya que hay que hacer uso de los ya existentes. Todas aquellas operaciones de reequipamiento y conservación de vías requerirían autorización previa y el escalador será consciente de la fragilidad de las formaciones geológicas en las que se desarrolla su actividad, velando por la conservación integral de las mismas.
En el punto ocho se indica que las federaciones deportivas, los clubes, las empresas, asociaciones u otro tipo de colectivo o grupo organizado que quieran llevar a cabo una actividad de escalada, deberán solicitar los permisos pertinentes, primando siempre el respeto al medio natural frente al lucro. Por último, los dos últimos puntos del decálogo son una invitación a los escaladores a participar en proyectos de voluntariado e investigación, en los programas de educación ambiental y en las campañas de divulgación.