Opinión

Mujer del año por el espíritu Mestanza

Moisés Palmero Aranda

Educador Ambiental

En vez de con uvas, despediré 2025 comiéndome doce gajos de mandarina de la Vega de Mestanza, una de las últimas vegas fértiles del Valle del Guadalhorce, entre Málaga capital y el municipio de Alhaurín de la Torre.

Lo haré sin prisa, abstrayéndome del sonido y la urgencia de las doce campanadas, saboreando, deleitándome e invocando que el espíritu Mestanza guíe mis pasos para el nuevo año que comienza, en honor a Mari Carmen Mestanza, a la que, por su lucha, valentía, constancia, resistencia y ejemplo, elijo como mujer del año.

Mari Carmen es una de las herederas de la vega que lleva su apellido, que su abuelo plantó hace un siglo cuando compró la tierra, una zona inundable que nadie quería, al Marqués de Larios. Con su esfuerzo y la ayuda de sus diez hijos, la convirtió en un vergel, en "un manto verde que la Virgen quisiera para pasearlo".

Hace cinco años, sin previo aviso y a traición, porque lo hizo en pleno verano, la Junta de Andalucía anunció en el BOJA la construcción de la EDAR Málaga Norte, un proyecto titánico para el que necesitaban expropiar los terrenos, arrancar los frutales, desviar el cauce del río y construir una isla de cemento para evitar las inundaciones que algunos años llegaron hasta 4,5m de altura.

Un atropello ambiental, social y cultural con un presupuesto disparatado de 150 millones de euros, la mayoría invertidos en esa mole de cemento para elevar la depuradora y evitar que, cuando el río saque sus escrituras (este año lo ha hecho tres veces) se la lleve por delante.

Un proyecto necesario para depurar las aguas que van a parar al río, pero para el que había cinco alternativas más baratas y menos lesivas con el territorio. Una de ellas, aguas más abajo de la ubicación elegida, donde existe ya una depurada que podría ser ampliada por mucho menos dinero y evitando los daños colaterales, como los llaman ellos.

La única explicación que existe, aunque no sea la oficial, es que el crecimiento de la ciudad de Málaga por el norte solo se puede hacer si desvían el cauce del río para evitar inundaciones en el futuro, y con la excusa de la depuradora, el negocio inmobiliario está garantizado.

Ante tal despropósito y la falta de decencia y ética, se constituyó la Asociación Vega Mestanza y, con Mari Carmen a la cabeza, han movido cielo y tierra para dar a conocer la injusta e innecesaria ubicación elegida. Han sido años de lucha constante, persiguiendo al presidente Moreno Bonilla en cada presentación pública que hacía en la provincia para invitarlo a conocer el lugar que iban a arrasar.

Situación esta, que al simpático, agradable y cercano Juanma, entre risas y chascarrillos, con los medios de comunicación delante, le hacía gracia y le servía para prometer a la dulce ancianita que iría a visitarla. Palabras vacías, llenas de hipocresía y condescendencia, hasta que llevaron a los tribunales todas las anomalías que se estaban produciendo. Ahí al presidente le cambió la cara y las sonrisas se transformaron en muecas de rabia y desprecio y palabras cargadas de rencor: "Así no, Mari Carmen, así no".

Este verano, cuando comenzaban las obras para allanar el terreno y arrancar 400 frutales al día, unos 20.000 en total, los vecinos se plantaron ante las máquinas para pelear y lo consiguieron. Una resistencia numantina que vino respaldada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que paralizó la obra por las grandes irregularidades cometidas.

Decisión que la Junta de Andalucía ha recurrido y de la que se está a la espera de la sentencia, que no será la definitiva. Lo más irónico, desagradable y trilero es que los responsables políticos no hacen nada más que recordar que cada semestre que pasa, la Unión Europea multa a España con 11 millones de euros por incumplir la Directiva de Aguas Residuales Urbanas. Como si la culpa de esa multa fuese de los vecinos que solo piden que se cumpla la ley y el sentido común.

Llevamos años pagando esa multa, más de 90 millones de euros, porque por todo el país, el dinero que había para construir las depuradoras se gastó en otros menesteres. Un despropósito político para el que, por supuesto, no ha habido ni habrá responsables.

Ese es el espíritu que quiero que me guíe durante el 2026, el de la lucha colectiva, participativa, por la defensa de la dignidad de la ciudadanía, de nuestras raíces, de la tierra que nos vio nacer, de la naturaleza, de la historia, de la justicia ante los atropellos de los poderosos, de los que hacen las leyes para defender el capital, el interés personal, por encima del bien común, y nos tratan como súbditos y vasallos.

Este año, después de cinco Navidades sin paz, Mari Carmen sabe que todavía no se ha conseguido la victoria, que la travesía en el desierto aún no ha terminado, pero se siente feliz, satisfecha y llena de agradecimiento; por eso, su felicitación navideña va acompañada de la frase del filósofo romano Cicerón sobre una foto de los árboles de la Vega: "La gratitud no es solo la mejor de las virtudes, sino la madre de todas las demás".

Esta Nochevieja pensaré en ella mientras despido el año y haré mías sus palabras: "Me invade un profundo sentimiento de gratitud hacia la vida, hacia las personas, hacia la Vega.

Gracias a los que han venido a visitarnos y a los que no. A los que han compartido nuestras publicaciones y a los que no. A los que nos han animado y a los que nos han desanimado. A los que nos han ayudado y a los que han puesto excusas para no hacerlo. A los que han hecho mucho, sin poder, y a los que han hecho poco pudiendo haber hecho mucho. Gracias a todos, porque lo que parecía que restaba, también sumaba. Gracias a mis maestros, Juan Manuel Mancebo Fuertes y Antonio García-Trevijano Forte, por acompañarme en esta lucha que nos ha hecho mejores a todos."

Gracias, Mari Carmen, a ti, por tu ejemplo, por demostrarnos que se puede, que nuestro silencio, apatía y conformismo son sus mejores aliados. Gracias por recordarnos que juntos somos más fuertes, que la fuerza del pueblo nos hace invencibles y que la democracia no existe, se pelea, se conquista bajo el espíritu de la Vega de Mestanza.

Noticias de Opinión

“Hay que fraternizarse; los humanos tenemos que sanear las injusticias vertidas unos a otros, que es lo que sanan las divisiones y fomentan los acuerdos”

El sentido de mis letras...