Voy a dar en esta columna de opinión algunas argumentaciones para identificar a nuestra España de hoy. Comencemos con José Luis Ábalos, que quizás sea el caso de corrupción más claro y sangrante de la historia de las democracias europeas aunque el Gobierno ya no nombre al ex Secretario de Organización del PSOE, ya que Sánchez ha establecido la “omertá” sobre este tema y echa continuamente balones fuera.
Continúo con el sentimiento generalizado de que los autónomos son ciudadanos de segunda categoría, a los que hay que exprimir para solucionar otros problemas como la financiación de las pensiones o la sanidad, mal llamada gratuita, que pagan la inutilidad e incapacidad del Gobierno sanchista.
Seguidamente habló de la corrupción, que está impregnada a diestro y siniestro, delante y detrás, dentro y fuera del PSOE y del Gobierno, y eso lo sabe el 99,9 % de los españoles aunque a algunos no les importe o no le den importancia, pero desde el Gobierno afirman no saber nada y se comportan como si fueran Astérix y Obélix rodeados por los romanos en un pueblo de la Galia, pero en su caso están rodeados por el hedor nauseabundo de una corrupción que les cerca por todos lados.
Sigo con el CIS, instrumento de propaganda que resulta ser una malversación de fondos públicos para favorecer a Pedro Sánchez, y su PSOE, y que se define con una frase dicha hace un tiempo por un tertuliano en un programa de televisión : “El CIS no debería estar para estudiar la intención de voto, sino para consultar a los españoles sobre temas importantes como la OTAN, la inmigración, la sanidad, etc.”.
Me adentro ahora en la Dana, en la que también hay responsabilidades autonómicas, pero fue evidente la desgana y poca predisposición a ayudar y la dejación de funciones con fines partidistas del Gobierno sanchista. Me apetece continuar ahora con el tema Delcy (la venezolana bolivariana del régimen de Maduro), y del que nada se ha aclarado (quizás Ábalos alguna vez lo haga), pero huele mal y se intuye la estrecha relación con la dictadura venezolana con Zapatero rondando por ahí...
¡Qué Dios nos pille confesados! Otro tema es el de la esposa del Presidente Sánchez, Begoña Gómez, que en su día fue administrativa de prostíbulos y que se va a sentar en el banquillo de los acusados, ya que se aprovechó presunta y probablemente de su posición para hacer negocio.
Vayamos ahora con el Fiscal General del Estado, otro que va al banquillo defendido por todos los ministrillos un día sí y otro también, y que no dimite porque no le interesa a Sánchez.
Ahora toca el tema palestino, en el que Sánchez ha conseguido quedar mal o muy mal con casi todo el mundo, sobre todo con Israel, que es la única democracia de la zona, y ha quedado mal por el sometimiento a las presiones (para conservar el sillón) de sus socios.
Otro caso importante para identificar a esta España actual es el del hermano de Pedro Sánchez, un enchufado y colocado de libro, que encima no trabajaba y defraudaba a Hacienda, y además usaba la Moncloa (cuyos gastos pagamos todos los españoles) como parking y residencia.
Luego está un caso de corrupción del que se habla poco, pero con comisiones millonarias que salpican y salpicarán, como no, a miembros del Gobierno, y que no es otro que el de los Hidrocarburos.
Situémonos ahora en los impuestos : desde que Sánchez tomó las riendas del Gobierno de España, los contribuyentes han sufrido 94 subidas de impuestos y cotizaciones, y lo peor es que no vemos el retorno de tanto impuesto. Otro caso espinoso es de los jueces, pues están hartos de que se dude, desde el Gobierno, de su imparcialidad. No podía faltar el famoso Koldo : sobres, grabaciones, prostitutas, comisiones, chistorras, etc.
Si alguien no lo ve, es que es ciego o no quiere ver, y es que con estos casos identificados se puede aprender mucho para el futuro. Por último, dos frases para reflexionar : “Hasta los sentimientos buenos, si se exaltan en demasía, son capaces de conducirnos a errores deplorables” del Filósofo Jaime Balmes, y otra del filósofo chino Confucio : “el hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor”. Ahí quedan...