Winston Churchill, el conocido primer ministro británico durante la Segunda Guerra Mundial, dijo una vez que “cuanto más atrás puedas mirar, más adelante verás”.
No sé el porqué, pero llevo un tiempo pensando en que resaltar esta idea es una necesidad en esta sociedad tan convulsa.
Por este motivo me he decidido a contar una historia, y es la historia de la vida de los españoles durante los últimos 175 años.
El comienzo de esta historia tiene lugar a mediados del siglo XIX, cuando aproximadamente un 60% de la población trabajaba en la agricultura o en la pesca.
Para que nos hagamos una idea de lo dramático de esta cifra, imaginemos por un momento que pudiéramos volver atrás en el tiempo a la España de 1850, y que no pudiéramos elegir la región en la que nos gustaría vivir.
Con toda certeza, acabaríamos trabajando en el campo y viviríamos una vida llena de miseria, echando largas horas para ganar un jornal que apenas nos daría para sobrevivir.
La vida era dura y angustiosa, y a medida que pasa el tiempo tiene lugar una revolución sin precedentes que acabaría cambiando nuestro futuro para siempre : la Revolución Industrial, revolución que como siempre llegó tarde a España.
Por primera vez en la historia, comenzaríamos a usar fuentes de energía a gran escala, como el vapor o el petróleo, para producir más y mejor con el mismo número de trabajadores.
Por poner un ejemplo pensemos por un momento en el tremendo número de horas que nuestras bisabuelas y tatarabuelas habrán pasado cosiendo prendas para toda la familia.
Con la llegada de los telares mecánicos y otro tipo de maquinaria relacionada, en un día se conseguía producir lo que decenas de trabajadoras en su casa podían hacer en semanas, y a un coste mucho menor.
Otra de las consecuencias directas de la mecanización de la economía fue la reducción de la mano de obra necesaria en la agricultura, que en nuestro país tuvo lugar principalmente entre principios de los años veinte y el comienzo de la Guerra Civil..
A corto plazo, los jornaleros se verían obligados a dejar el sector que tan bien conocían y se verían obligados a encontrar trabajo, a veces muy lejos de casa, en las industrias emergentes que requerían de una cantidad de personas nunca antes vista.
Como consecuencia de esto, cada vez menos trabajadores estarían empleados en el sector menos productivo y con los salarios más bajos de la economía.
Después de unas décadas muy difíciles para la población durante la posguerra, a partir de los años cincuenta la situación comienza a mejorar gracias a la apertura gradual del régimen franquista.
De hecho, el período de 1950 a 1974 sería uno de los de mayor prosperidad para nuestro país gracias a la fuerte inversión en infraestructuras y maquinaria, y como resultado de este desarrollo nuevas oportunidades se abrieron a la población para trabajar en escuelas, hospitales, empresas de transporte o la Administración Pública.
Si tenemos en cuenta lo que han subido los salarios y los precios desde 1850, a día de hoy el español medio gana 16 veces más que en 1850.
¡Faltaría más con lo que nos “crujen” en impuestos! Y, por favor, no caigamos en la trampa de pensar que este ingreso extra nos lo gastamos en consumir de forma impulsiva y negativa.
No, esto no es así.