La historia se encarga continuamente con sus acontecimientos de susurrarnos al oído eso de “¿no te das cuenta?”, y en algunos momentos, cansada de no ser escuchada, nos pega una leche para confirmar que la estamos oyendo...

Sí, a veces es un gancho de izquierda, otras uno de derecha, y en algunas ocasiones nos castiga el hígado...

Nos dijeron que nunca ocurriría el «Brexit» porque eso sería el fin de Gran Bretaña y de consecuencias incalculables para nuestro país, que el Tratado de Paz de Colombia saldría adelante porque lo contrario sería una barbaridad, que el referéndum contra los refugiados de Hungría nunca sería votado por sus ciudadanos porque Europa no lo permitiría...

Todos estos ejemplos fueron la derrota de los grandes medios de comunicación tradicionales, esos que se empeñan en darnos razones simples y claramente dirigidas con ningún argumento profundo.

Todos esos ejemplos fueron la derrota de los tertulianos de toda la vida, de lo establecido, de lo evidente...

Estos ejemplos nos hicieron ver que periódicos y televisiones que hasta entonces habían logrado manipular sin mayor esfuerzo la opinión y los actos del rebaño de ovejas que durante años ha caracterizado a la ciudadanía, ya no son el referente de información que fueron para la gente, llegando al punto de que ya se da el caso que el hecho de que te apoye o te rechace un gran medio es motivo más que suficiente para que desconfiemos o alabemos a un candidato...

¿Verdad Sánchez, verdad Feijóo? Internet, el acceso a nuevos referentes, a corresponsales nacionales e internacionales que están al pie de los acontecimientos y normalmente sin apoyo alguno de los grandes medios, permiten hacerse una idea mucho más veraz de lo que está ocurriendo en el mundo.

Sí... mucho  más que lo que nos ofrece el contertulio de turno...

Sí, los de siempre nos dijeron que si ganaba Trump podría ser el fin del mundo tal y como lo conocemos, pero no ha sido así.

Esos medios de siempre y esos tertulianos de siempre nos amenazaron con conocer el infierno si el «Brexit» se convertía en realidad.

¿Saben qué? Que lo bueno y lo malo de que quede registrado todo en papel, imágenes y declaraciones es que podemos acudir, por ejemplo, a lo que decían que iba a suceder con el Brexit y no ha ocurrido.

Quiero acabar esta columna con un aviso a los medios de siempre : cuando el motivo para evitar que salga algo se basa principalmente en instaurar el miedo irracional a que eso ocurra, nunca se suele evitar que pase.

La gente está descubriendo que no hay que tener miedo a nada, y vosotros, medios de toda la vida, creo que váis a tener que esforzaros un poco más y dar argumentos más convincentes ante los acontecimientos que vayan sucediendo...

Todo ello si queréis recuperar la credibilidad que un día tuvisteis.