En un antiguo artefacto no digital, conocido como libro, y que también se consulta en pantalla, el Diccionario de la RAE, define borreguismo como: «Actitud de quien, sin criterio propio, se deja llevar por las opiniones ajenas».
Y ya saben adónde lleva eso: a las nuevas dictaduras o al esclavismo mental que nos adhiere a esas manipuladas masas. Por lo tanto, es precisa una reforma educativa para llevar la lectura de libros y la reflexión desde la guardería a la Universidad, o en las nuevas generaciones abundarán los borregos.
Decía un profesor a sus alumnos «déjense de consultar los resúmenes de internet o trabajos pregrabados, podcasts y demás píldoras digitales de supuesta sabiduría, enfréntense a la lectura cotidiana del libro, experimenten en su propia mente los efectos de lo que leen. Han de recuperar la capacidad de leer textos complejos». ¡La lectura de un libro posee efectos terapéuticos!...
Existe un informe académico que alerta de la pérdida de pensamiento crítico de los alumnos, cada vez más inermes y desvalidos ante las manipulaciones de la ignorancia y los intereses, y no sólo se trata de niños o adolescentes, sino jóvenes en edad de votar, formar una familia o trabajar en lugares donde su inmadurez intelectual influirá en sus decisiones, que pueden afectar a muchos.
Nos informan de las variadas crisis que nos atañen en esta década tan acelerada y vulnerable : la ecológica, la bélica, la económica, alimentaria y tecnológica, es decir, un futuro incierto.
Algunos libros analizan con seriedad esos problemas, pero nadie tiene tiempo para leer, y sin lectura, afirma un estudio neurológico, no es posible tener pensamiento profundo : el que se cuestione lo que dicen otros o se dice en las redes o nos dicen los gobiernos. Sin lectura no sabemos analizar los problemas que nos acucian.
Una vez leí que «la acumulación de conocimientos especializados no es progreso, que lo que se necesita es sabiduría, y la ausencia de ésta causa nuestros problemas más graves».
La sabiduría es conocimiento nacido de la lectura humanística, incluso de las novelas : aportan ideas, alternativas y soluciones y, sobre todo, alimentan el espíritu crítico, pero en las Universidades se busca la salida laboral y económica sobre otras consideraciones. Y así nos va...