Opinión

El silencio de los corderos

Qué distinto ha sido tomar el pulso a la ciudad de Murcia entremezclándose en el tardeo los días 30 y 31 pasados, los paseos por el centro de la ciudad y visualizar las grandes colas de jóvenes familias con sus hijos en el paseo del Malecón. Algunos de ellos daban la impresión de que, los malos augurios que andan por nuestro país los habían metido en un cajón bajo siete llaves para por un par de días olvidarse de la que nos viene encima y sin haber tragado elocuentemente el mal proceder de la Dana valenciana.

El pulso de las tempranas horas por los primeros bares carmelitanos cercanos a Renfe ha sido harina de otro costal. Albañiles, fontaneros, taxistas, algún que otro jubilado, con su primer café de la mañana volvía a sacar el monotema que andamos sufriendo en España: economía, vivienda, impuestos, mentiras y una retahíla de lo que estamos acostumbrados y padeciendo. Humor agridulce, echar de menos tiempos pasados y llevar sobre sus espaldas el mal que a todos nos sucumbe era el cercano inicio de su jornada. Todos, hombres y mujeres, finalizaban con la consabida frase: ¡pero aquí nadie espabila ni nadie hace nada! Da la impresión de que en cuanto a "memoria histórica" no andamos muy al corriente. Por lo que veo, el próximo 6 de enero algo endulzará el día, pero eso sí, el 7 volveremos al lamento, a la desesperanza y a los cambios de humor. No es para menos.

Hace pocos veranos tuve la suerte de estar un agosto en la ciudad polaca de Szczecin, norte de Europa, a hora y media de Berlín en tren y que con sus pocos más de 450.000 personas tenía muchos aires perecidos a los murcianos. Lo único que nos diferenciaba en ese momento era su pasión por la música, su buen vestir de los jóvenes y mayores y, posiblemente más maduros en general que los nuestros. (su historia les ha tocado de lleno). En una de sus céntricas calles llama la atención que, entre muchos edificios existe uno medio abandonado, plagado de agujeros producidos por todo tipo de armas en las guerras que tuvieron su momento. No se ha querido ladear su memoria histórica, pero eso sí, han sabido perdonar a las naciones cercanas en su mal hacer y no es para nada tema de conversación entre ellos. Aunque me da la impresión de que, últimamente deben andar con las antenas puestas. Sus grandes parques, el mundo digitalizado, su puerto de mar, industria naviera y su amor a San Juan Pablo II era más que patente. Todo ello, eso sí, siendo muy aguerridos en los mundos futboleros. Pero existe un algo que he podido entender: quieren a su país como el que más y no están dispuestos a que Bruselas meta sus zarpas en su manera de ser, en sus valores y en su vida familiar. Lo tienen muy claro y no me extraña que Úrsula, desde el Parlamento Europeo, le cueste hacer lo que tan bien mueve los hilos para con España.

Está en boca de todos la infame entrada al 2025 desde TV1 y Antena 3, según vemos en redes sociales. Allí, en Polonia, hubiese habido más que palabras. Polonia es un pueblo que con sus raíces no se juega y de ello ya sabe bastante el Parlamento Europeo. España, por contrario, sigue sumida en una atroz dormición, donde se puede pastar con muchos de sus habitantes sin que nadie abra la boca y si la abre, no lo dude, consecuencias vendrán ipso facto.

Ahora, en breve, el próximo 10 de enero, Edmundo González desea entrar a Venezuela por la puerta grande y tema lo tiene bastante difícil. Esperaba más del pueblo español en estos asuntos. Por si nos faltase poco, la UE refuerza para el 2025 su agenda globalista y su plan verde, donde hay más de ideología que de lo que merece nuestra Europa. Aún así, tampoco pasará nada y seguiremos durmiendo en el limbo de los justos. ¿Qué te pasa España? No creo que me tomen por loco cuando nuestra población, un tanto por ciento elevado, ya no cree en sus políticos, ni son admirados ni se cree en ellos, tanto autonómicos como nacionales. ¿Volver a empezar?, ¿Cómo la película?

Lo que sí tengo claro es que para mirar al futuro no hemos de olvidarnos de nuestro pasado, como los polacos. De ello saben mucho y bien, que yo sepa, nuestro Sr. alcalde de Murcia, José Ballesta. Alfonso Galdón, Pte de Valores y la Comunidad de Madrid, la cual está luchando como una heroína, "toda una Agustina de Aragón". Estamos viviendo, hoy por hoy, en un país de chichi nabo. La agenda globalista, como Voldemort, el de Harry Potter, pretende seguir haciendo de las suyas.

Felices Navidades y Feliz Año Nuevo. Que Dios nos ampare.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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“Humanamente todos estamos llamados a descubrir la lírica, que no suele estar en el poder ni en la riqueza, sino en la pequeñez de una flor acariciada por unos labios inocentes de niño”