"Rebeldes con causa" es el nombre de la campaña que impulsamos desde el Sindicato de Trabajadores con motivo del 8M. El mensaje está claro: en el tema de la igualdad, sigue habiendo causa y para provocar más cambios es imprescindible seguir siendo rebeldes. Porque sí, en los últimos años, y no ha sido por casualidad, hemos avanzado mucho, pero queda un largo camino por recorrer. En varios ámbitos.

En el entorno laboral, el más inmediato es el de la igualdad de oportunidades. Es inaceptable que en 2024 todavía muchas empresas sigan poniendo trabas a la incorporación de la mujer al trabajo, una lacra que se manifiesta de manera muy especial en determinados sectores muy masculinizados y para ciertos puestos de responsabilidad.

En este sentido, una de las causas de nuestra rebeldía debe ser romper de una vez por todas el techo de cristal invisible que impide a muchas mujeres acceder a los cargos que merecen por su formación, sus competencias y su trayectoria. Los viejos estigmas que limitan la capacidad de liderazgo de la mujer, su nivel de compromiso, el fantasma del embarazo y la crianza de los hijos que restan tiempo de dedicación, entre otros, lamentablemente siguen vigentes en muchas empresas y todavía influyen en demasiadas decisiones sobre los nombramientos.

Obviamente, detrás de estas desigualdades se esconde un machismo residual. Un machismo de personas y organizaciones que no se reconocen como tales. Pero que lo son de facto, por como actúan, por las decisiones que toman, por la composición muy desequilibrada en género de sus plantillas y sus órganos de dirección. Desde el Sindicato de Trabajadores seguiremos denunciando estas formas de machismo institucional, así como las más explícitas, las que pueden ser consideradas como agresiones de género, que haberlas, haylas.

Una misión que apunta en dos direcciones: concienciar a las empresas y a sus plantillas, pero también a las mujeres que sufren estas discriminaciones, para que luchen contra ellas, para que las denuncien, para que sean rebeldes con causa. Cuantas más seamos, más posibilidades tendremos de seguir cambiando las cosas. Como siempre ha pasado con las conquistas sociales.