Mientras que el Nuevo Orden Mundial busca sus diferentes nidos en los distintos quehaceres de nuestras vidas, nuestra querida Murcia, como una más, poco a poco va sucumbiendo, aunque les está costando. Ya sabemos de antemano que están siendo los Estados quienes están realizando el marco apropiado de nuestro modo de vivir generando un relativismo que convierte la tolerancia en el gran valor moral, pero el apellido "cristiano" en nuestra huerta murciana sigue floreciendo y acampando entre sus gentes. De tal Orden Mundial, cómo no, surgiría más adelante el Nuevo Orden Moral desde hace ya algunos años. Menos mal que la buena plaga de cofradías y nuestros Auroros de los rincones murcianos, de alguna manera, son el tablacho oportuno ante esta ideología que pretende hacernos fosfatina.
Echen un vistazo a las diferentes calles murcianas, comprueben el alumbrado que se prepara hacia la Navidad y díganme dónde aparecen símbolos navideños: en ningún lado. Se nos ofrecen cajas de regalos, lacitos y estrellitas "new generation", y todo aquello con un solo objetivo que habla por sí mismo: "compras navideñas", "consumismo", pero para nada la simbología de lo que es realmente la Navidad y, ello que estamos en la cuna del Belén. Toda una hipocresía de muy señor mío.
No solamente se han dejado llevar por estos aires morbosos los diversos Consistorios. La bajada de pantalones del mundo eclesial va siendo descomunal y ahí tienen el ejemplo de sus parroquias medio vacías, aunque en Murcia, aún, nos podemos dar con un canto. La mismísima Reina de España, estos días atrás, también se marcaba algunos faroles a favor de este desdichado Orden Mundial y Orden Moral. "Todo se pega menos la hermosura". Seguro que, con el nuevo Desgobierno Español, más feroz que el de la legislatura pasada, seguiremos con leyes atroces donde ocuparán el lugar que ellos han ido ladeando como "los mandamientos" y, así, la cultura de la cancelación, la Historia manejada a su gusto y tantos otros harán que desaparezcan los prejuicios que teníamos hacia todo lo que fuese falta de sensatez, sentido común y fama de solidaridad entre los nuestros.
El izquierdismo cultural y el derechismo acomplejado deseaban respirar un mundo sin dominación, sin represión y sentirse moralmente superiores acentuando el individualismo en el que estamos insertos. Ante tal patinazo descomunal observamos que las grandes víctimas de este nuevo orden moral están siendo las artes, fundamentalmente la literatura y el mundo del derecho, donde todo queda barrido por el aluvión de la piedad despiadada donde se aprueban con premura y ansias leyes para poner la justicia penal al servicio de la justicia popular, de los amigotes. Más escandaloso es que lo políticamente correcto debe ser un esfuerzo gigantesco para enderezar el árbol de nuestra humanidad. Cuando oyes decir que la mayoría de las universidades, de ellas, proviene la totalidad de los grandes males del mundo es que, la pinza de los grandes gurús andan como los aires de los que hablaba el Sr. Zapatero.
En este nuevo Orden Moral tienen cabida, cómo no, la mentira, los ataques laicistas contra tradiciones cristianas, la cultura del feísmo, la rebelión del pudor, libertad de expresión y la importancia de nuestras conciencias. La idea central: borrar todo lo que hemos vivido en nuestra civilización y que sean cuatro desgraciados montados en sacos de dólares los que nos dominen y agilicen día a día por dónde hemos de funcionar.
Si los que pueden tener voz siguen callados, viven en las cavernas de lo políticamente correcto, desde estas líneas se desean defender los derechos humanos de siempre y no los nuevos que nos desean imponer, de la dignidad del ser humano: tarea contra corriente. Esta apasionante aventura también lleva consigo el compromiso para con la justicia social. No nos dejemos llevar por el rancio individualismo insolidario del poder dominante y sí, desafiar de continuo la dictadura del pensamiento único. Que seamos espíritus libres y plurales ante el narcotizar las conciencias de tanta buena gente.
Ojalá que el espíritu de búsqueda de la verdad, del compromiso con los más necesitados desenmascaren la descarada y orquestada campaña de eliminar el gusto por el pensamiento, por la buena lectura. Salir de la ignorancia y verlas venir, no lo duden, es un buen punto de partida.
MARIANO GALIÁN TUDELA