Opinión

"Migrantes", por José Manuel López

La diferenciación entre migrantes y refugiados no siempre es clara, ya que existen muchas situaciones que son interpretables. ¿Hasta qué punto personas que huyen de la pobreza extrema y del hambre no son refugiados? Podemos pensar que no lo son, si consideramos que no están siendo perseguidos ni están padeciendo conflictos armados. Por otra parte, la falta de protección se establece como motivo para clasificar como refugiados a las personas que se desplazan a otros países. Pasar hambre y no poder tener una vida digna en sus países de origen, en el fondo, si se profundiza es responsabilidad de los gobiernos de los países, que deben cumplir los principios establecidos en los Derechos Humanos.

Es cierto que se suele afirmar que son derechos teóricos en el ámbito internacional, pero esto no sirve como justificación de su incumplimiento por los gobiernos de los diversos países.

En el año 2022 más de cien mil personas solicitaron asilo en España. Si se observa cómo está la situación de los refugiados en todo el planeta, los datos no dejan lugar a dudas. Turquía sigue siendo el principal receptor de refugiados a nivel mundial con aproximadamente 3,7 millones de personas acogidas en su territorio nacional. En segundo lugar, está Colombia, con casi dos millones y medio de refugiados o desplazados.

En la reciente Cumbre de Granada los líderes de los países de la Unión Europea no se han puesto de acuerdo para la redacción de un comunicado conjunto con unas líneas maestras, en relación con el fenómeno migratorio.

Los dirigentes políticos europeos se sienten desbordados por la gran cantidad de migrantes que llegan a las costas del Mediterráneo. No se quieren dar cuenta de que es algo que no se puede controlar. Muchísima gente escapa de los conflictos, de la hambruna, de la falta de posibilidades para poder vivir con dignidad. Ante esta situación generalizada que se está viviendo en el continente africano, es lógico y entendible que las pateras sigan llegando a las costas europeas.

Los migrantes necesitan ser acogidos y respetados. Otra cuestión diferente es que las fuerzas policiales estén atentas para evitar que se cometan delitos y que entren delincuentes. Es una función de los cuerpos policiales que es absolutamente necesaria.

Lo que se está produciendo, desde hace ya un cierto número de años es que miles y miles de migrantes mueren ahogados en el mar Mediterráneo. Tendría que haber más embarcaciones, que puedan salvar de la muerte a los que quieren cruzar el mar para llegar a su salvación.

Además, en España y en otros países europeos el envejecimiento de la población es un hecho y se necesitan migrantes para el sostenimiento de la economía más personas en edad de trabajar. En este aspecto, pueden contribuir con su trabajo, a fortalecer el Estado del Bienestar en nuestro país. Otra cuestión que considerar es la baja natalidad que también provoca que la vieja Europa, no solamente lo sea en el sentido de conservar la cultura, los valores cristianos y el arte en todas sus expresiones, sino que también se pueda rejuvenecer con los migrantes jóvenes. Por supuesto, sin excluir a las personas de más edad que vengan de otros territorios.

La ciudadanía mundial o cosmopolita en una especie de federación de naciones o estados es algo propuesto por el gran filósofo alemán Kant a finales del siglo XVIII y en el siglo XXI es algo que parece necesario, aunque debido a los intereses económicos y políticos no se ha logrado, pero no es descartable que se consiga en un futuro más o menos lejano.

Europa y los países, con más poder económico, deberían ayudar con más fondos monetarios a la mayor parte de los países del continente africano y a un considerable número de naciones de América y de Asia. Si esto no se hace de forma suficiente, el problema de la migración masiva seguirá produciéndose.

Es evidente que la mayor parte de los países africanos necesitan disponer de sus materias primas e ir avanzando, de forma más rápida, en la modernización de sus estructuras productivas. No tienen que ser explotados desde una perspectiva económica. A todo esto, se añade que las políticas puestas en marcha, en los países con más desigualdad económica entre la población, en bastantes casos perpetúan la injusticia en partes muy amplias de la sociedad. La globalización o mundialización también tiene aspectos negativos y se concretan en la desigualdad creciente en muchas zonas del planeta.

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz