Tengo relación con varios amigos que se han divorciado desde hace un tiempo considerable, y me cuentan todos ellos que viven en casa de sus padres; uno de ellos en un coche. Mientras que la mujer vive en la vivienda que ellos han luchado por adquirir, incluso pagado la entrada de la misma. Y solo por el hecho de tener un hijo.

En un estado democrático, los derechos de un individuo no pueden eliminar los derechos de otro.

Si bien es cierto, que es razonable que la mujer tiene derecho a residir en el hogar con sus hijos y es el hombre quien tiene que salir en caso de divorcio, también lo es que por cumplir con una ley justa no se puede o debe cometer una injusticia.

En la actualidad la mujer puede divorciar por sí misma al hombre cuando le venga en gana y echarlo de su casa sin más; en la mayoría de los matrimonios manda la mujer porque el hombre tiene miedo de quedarse en la calle. Desde mi perspectiva, para que una mujer de forma individual divorcie a un hombre, tiene que demostrar ante un juez que tiene motivos razonables para hacerlo. Si no los hay, no debe haber divorcio. Éste deberá surgir de una decisión entre ambos conyugues.

Por otra parte, si el hombre con su salario no tiene lo suficiente para vivir con dignidad después de pasarle una pensión a sus hijos, debería de haber un fondo compensatorio estatal para que también pueda rehacer su vida como una persona digna.

No hay derecho a que una mujer divorciada tenga todo el patrimonio de un hombre solo porque le convenga y después tenga un follamigo para sus necesidades, y el hombre no tenga dinero ni para el alquiler de una vivienda. En España el hombre gane mucho o poco, tiene que pagar un monto fijo de capital, y si se queda en la calle, al Estado le da igual... Así es imposible cimentar una sociedad sostenible y sana.

Yo en casos de divorcio de mutuo acuerdo, o de una fe católica muy arraigada, siempre he optado por el "matrimonio no convivencial". Es decir, el hombre sigue empadronado en su casa y se va a vivir a un pequeño estudio o con sus padres, pero los fines de semana vuelve con su mujer e hijos a su casa. Eso sería una buena solución para no romper la familia, si la convivencia permanente entre ambos no es buena. Máxime existiendo los servicios de mensajería digital actuales.

Sin embargo, para las parejas que se divorcian por motivos razonables, bajo sentencia judicial, el hombre debe de buscar el bienestar de sus hijos, ya que son su responsabilidad también, pero debería poder solicitar una ayuda al Estado declarando su situación económica y bajo un estudio serio de sus posibilidades, debe tener derecho a un salario compensatorio que le facilite rehacer su vida de nuevo. Si las cosas fueran así, pienso que el miedo al matrimonio no existiría, mejoraría la convivencia en pareja y daría lugar al crecimiento vegetativo positivo de nuestro país.

Francisco E. Fernández