Trabajo en un Hospital público, un sitio al que, a priori, las personas acuden en busca de asistencia sanitaria y que uno imagina como un espacio tranquilo de cuidados y respeto. Pero esa sólo es la teoría. Llevo cerca de 20 años ejerciendo dentro del sector de la sanidad pública en la Región de Murcia y he vivido casi todo; desde la evacuación de mi puesto de trabajo en la unidad de críticos por incendio, dolorosos duelos silenciosos y sonoros, a diagnósticos severos en personas jóvenes y niños. Para todo ello, tanto yo como mis compañeros y compañeras, estamos preparadas y formadas, pero a lo que nunca te puedes acostumbrar es a sufrir agresiones en tu puesto de trabajo. Las personas que trabajamos en los entornos sociosanitarios ejercemos desde la vocación y, a veces, en situaciones que no son las más adecuadas, como trabajar bajo una presión por el solapamiento de agendas por falta de personal, los propios problemas personales y la fatiga del trabajo que se hace muy estresante. Aun así somos conscientes de la preocupación, el nerviosismo y la ansiedad que vamos a encontrar, a menudo, en los usuarios del servicio. Se sienten vulnerables, están asustados y la espera los abruma. Hasta aquí es lo comprensible, es lo humano, lo asimilable en un día a día de trabajo intenso, pero se cruza la línea en demasiadas ocasiones.
Durante 2022 se produjeron 492 agresiones. En lo que llevamos de año 2023 se han producido en el Servicio Murciano de Salud 393 agresiones registradas en las cuales se han visto implicados 411 compañeras y compañeros. Durante la semana pasada 7 profesionales se vieron acosados, violentados o agredidos por pacientes y usuarios. La violencia ejercida hacia las personas trabajadoras de los centros sanitarios es un problema, lamentablemente usual, que lleva camino de convertirse en algo estructural que afecta, incluso al trato que reciben los pacientes.El porcentaje de agresiones según la profesión es del 42,579% personal facultativo, 25,79% personal de enfermería, 10,71% personal de administrativo, 10,22% personal Técnico en Cuidados y el 10.71% otras categorías. Las causas de agresiones son de lo más diverso pero las principales son el estado o condición del propio usuario 25%, la demanda de una atención rápida 23%, el desacuerdo con el trato recibido 16%, la demanda de pruebas completarías o tratamientos 12%, el desacuerdo con las normas del centro 10%, la demanda de baja laboral 5% y otras causas 9%.
El Servicio Murciano de Salud y, de una forma muy activa, CCOO están poniendo medidas para frenar esta escalada de agresiones. Tales medidas, como el incremento de las zonas de video vigilancia en los centros de trabajo, la instalación de la aplicación Alercops en los dispositivo oficiales y particulares de los trabajadores y el incremento de la presencia de guardias de seguridad privada en los centros sanitarios, etcétera. También se está elaborando una Estrategia de mejora de Atención Primaria de la Región de Murcia 2023-2026 y del circuito de derivación a Mutua para asistencia sanitaria y/o psicológica tras agresión.
CCOO, por su parte, presenta actuaciones de carácter anual dentro de sus planes de Formación (Planes de actuación en agresiones en centros sanitarios, Habilidades sociales en el entorno sanitario y Comunicación y atención a pacientes y familiares en situaciones conflictivas) así como la promoción de grupos terapéuticos/formativos para trabajadores que han sufrido una agresión o la campaña de divulgación de Prevención de agresiones en el personal sanitario y la creación del Observatorio Regional de agresiones en el sector sociosanitario dirigida a la población general.
Entre todos y todas, debemos frenar esta lacra, que sabemos si deriva de las numerosas campañas de descrédito a la que la asistencia pública ha sido sometida o a la crispación social generalizada en la que vivimos, pero lo que está claro es que las agresiones nos hacen perder cada año a muchos y buenos profesionales. No en vano, el auge de profesionales que cambian de puesto de trabajo huyendo de la atención directa al público, ha obligado al SMA a crear un servició de apoyo psicológico interno.
No normalicemos las agresiones a personas trabajadoras por realizar su trabajo, un trabajo que, nunca olvidemos, cuida de lo más valioso que tenemos, nuestra vida.