Opinión

Tolkien & lewis

Hace muy pocos días honrábamos a J.R.R Tolkien en los 50 años de su fallecimiento, pero no sería meritorio que a la par, por justicia, no nos olvidásemos de C.S. Lewis. Del primero, por su enorme carrera literaria donde sin duda, "el Señor de los anillos", una de tantas e increíbles obras ha dado la vuelta al Orbe. "Las crónicas de Narnia", de C.S. Lewis tampoco se han quedado atrás. Al paso de los años han sido las dos caras de la misma moneda. Por supuesto, en esta España de Memoria Desmemoriada, tampoco esperábamos mucho y, menos desde el Ministerio de Cultura. Tolkien, Cervantes y tantos otros de Europa han jugado desde hace años en la Champions League de la Cultura Universal. Sin duda alguna, grandes Humanistas Cristianos.

Es posible no sepan que ambos "artistas" lucharon en la Primera Guerra Mundial, y que sus días en ella influiría enormemente en su mundo narrativo que nos llegaría a través de la magia literaria. Ambos crearon belleza real y los amargos recuerdos de la guerra, junto al pesimismo que todo Occidente llevaba a cuestas, no ensombrecieron la esperanza de estos dos grandes. Posiblemente, lo que más nos llena de orgullo es cómo los pobres soldados son puestos en escena para mostrar mediante criaturas de muy escasa potencia física el asombroso e inesperado heroísmo de los hombres normales en casos de apuro. Al mismo tiempo, Lewis era capaz de hacernos llegar cómo las virtudes humanas de una persona, en este caso la obediencia, se haría realidad sin importar cuántos mundos y épocas les separarían de las realidades que anhelaban.

Ante los años macabros que los españoles estamos viviendo, que te vengan Tolkien y Lewis a enseñarnos a través de sus personajes cómo asumir decisiones difíciles es de agradecer. No contemplamos en sus personajes los triunfalismos de los guerreros sino la creencia en un orden moral como medio para defender la paz y la justicia. Su experiencia bélica les sirvió para empatizar con aquellos que arriesgan su vida por una noble causa. Lo que confiere en sus obras a ambos gigantes de esta literatura universal son su dignidad y poder en su creencia firme en el mal y en la posibilidad de resistirse a él. ¡Menuda diferencia en altas miras!

Todas sus obras alcanzan relatos épicos que enhebran las virtudes y carencias de unos personajes que luchan por la justicia y nos conducen a reinos misteriosos de gran belleza donde encarnan y recrean nuestras vivencias cotidianas. Sin duda, el gran logro de estos radiantes escritores ha sido la creación de figuras míticas y épicas que, sin embargo, reivindican nuestras vidas concretas y cotidianas y, no nos debe importar cuán desesperadas que sean las circunstancias, los personajes de sus historias mantienen la capacidad de resistirse al mal y elegir al bien. Ambos, Tolkien y Lewis, dibujan la naturaleza humana como una mezcla explosiva de nobleza y tragedia y, con ello, nos logran transmitir este gran mensaje luminoso.

Es posible que algún día, desde los Paraninfos Universitarios, desde las Escuelas de Magisterio, desde las mismísimas Editoriales, sean capaces de buscar aquello que al hombre y a la mujer les dignifique desde el mundo literario y desde las Artes. Mientras tanto, observando lo que mal vemos, nos acogemos a insignes figuras que nos hacen soñar y transportarnos a mundos políticos cuyo centro nuclear acojan al mundo Humanista como una de las piedras angulares que nos pueden dar los anhelos de figuras como Tolkien y Lewis. Esperemos que también, desde Europa, los objetivos sobre Cultura suban el listón que esperamos. Ya va siendo hora que salgamos de esta "cueva de ladrones incultos", los cuales desprecian por falta de sabiduría todo aquello que en su día era el orgullo de nuestro continente.

MARIANO GALIÁN TUDELA.

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""Sin amor, nada es valioso para el ser humano, ni su vida ni su muerte. Sin amor no hay nada que merezca la pena. Sin amor no hay ni siquiera filo-sofía…,que debería ser no solo un amor por la sabiduría sino una sabiduría por amor""

""La vida no es fácil para nadie, tenemos que empezar a valorarla cada día, sabiendo que cada instante es un arco iris que esconde el negro, pero también un horizonte inmenso lleno de posibilidades""