Parafraseando a Víctor Hugo, poeta y dramaturgo, comienzo: "Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, existe una cierta complicidad vergonzosa".

Los vicios y las virtudes inherentes a los que están gobernando tienen origen o reflejan a la sociedad, a la cual pertenecen, por ello es incoherente exigir lo que ellos mismos no cumplen, ya que el primer paso a dar sería mejorar nuestra sociedad, y por ende a los que gobiernan. El enorme terremoto que lleva sacudiendo Génova produce que los cimientos del Partido Popular se resientan quedando muy tocados.

La idea de ir a una investidura fallida hace que el delfín de Fraga vaya haciendo las maletas u optar a una presidencia del Gobierno sin apoyos suficientes que le respalden, está sucediendo lo mismo que le ocurrió a Mariano Rajoy en el seno del partido, se están dando diversidad de opiniones, con un Feijoó dudoso y sin salidas.

La campaña llevada por los populares del voto útil se les está atragantando sobre todo con esa alianza que querían llevar a cabo con VOX y el que Feijoó aterrizara en el partido como la salvación del mismo, falló estrepitosamente pese al debate interno de presentarse o no a la sesión de investidura, lo que sí es cierto es que tiene cada vez menos oportunidades de llegar a la Moncloa. No hay que obviar que existe una batalla por el liderazgo, con el foco puesto en Isabel Ayuso y existen dudas internas en el partido respecto a si el gallego podría liderar la oposición.

Cuando un líder de una formación acusa a terceros de que no hay gobierno por culpa de otro partido político, lo único que demuestra es debilidad para poder gobernar y el que opine que Vivas es el idóneo para sacar a nuestra urbe del pozo en el que está desde tiempos inmemorables, está pero que muy equivocado y esto no es que lo diga yo, sino que los hechos hablan por sí solos, porque este señor no ha hecho nada para que nuestra ciudad mejore, se ha limitado únicamente, a tejer una red clientelar que le ha servido para mantenerlo en el poder durante todo este tiempo.

José Carbonell Buzzian.